Estoy aquí...
Sólo tú. Sólo yo.
Necesito de ti;
tu mirada, tu piel, tus palabras.
Al fin los dos;
ahora ¿y por siempre?
Tu mano me dice todo
y te respondo silenciosa.
No abras los ojos;
estamos solos,
rodeados por todos.
Tú y yo por siempre ¿ahora?
En un momento
que quedará grabado
en un recuerdo silencioso.
Por eso, no abras los ojos.
Déjate llevar por mis caricias.
¿Qué importan nuestros rostros?
¿Qué importa quiénes seamos?
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