martes, 23 de febrero de 2016

El rap y yo...

... lo cierto es que nunca hemos tenido una gran relación.

Igual es porque jamás me he dedicado a intentar conocerlo.

Sin embargo, gracias a una persona de mi pasado, sí que le he cogido mucho cariño al Chojin. No he ido nunca a uno de sus conciertos. Nunca me he comprado un disco... No soy una fan. Sin embargo, por lo que dice, por lo que cuenta, me parece un tipo formidable.

Llevo tiempo intentando escribirle algo. Dedicárselo y decirle lo bueno que es (a pesar de que a mi no me guste el rap). Supongo que ese tipo de críticas son de agradecer.

Luego pienso "¡Bah! Es famoso; se lo dirán mucho". Y me lo callo.

Hasta que vuelvo a oír alguna de sus letras.

Hoy, esa sensación la he retomado con una de sus canciones (como de costumbre no le he escrito nada, aunque se me haya ocurrido).

Esta canción se la dediqué hace tiempo a la misma persona que me "presentó" al Chojin. Creí que le ayudaría a salir de donde estaba, que se le curarían las heridas si lo escuchaba. Porque yo sólo podía pensar en él en esos momentos.

Hoy, sigo pensando en esa persona, igual que antes. Pero todo ha cambiado mucho (demasiado) y ahora no le veo a él reflejado en esas palabras. Soy yo. Un espejo de lo que antes fue él, que él superó y yo me estanqué.

Por eso me la dedico. La verdad. 

martes, 9 de febrero de 2016

Je veux

Creo que lo que más me gusta es la felicidad que ella le pone.
El gusto que consigue darle.

lunes, 8 de febrero de 2016

No mires atrás (de 2009)

Comentario Previo de la Señora Ex-Carmen(A)tada.

Lo cierto es que no tengo mucho que comentar.

No recuerdo a qué venía esta entrada, ni a quién iba dedicada tan siquiera.

Ahora, la releo y veo que es bastante menos bonita de lo que recordaba. Pero me pasa a menudo cuando leo cosas mías del pasado. Analizo mi evolución y por mi cabeza pasa un "y yo que pensaba que ésto era bueno...". Sigo pidiendo, por favor, que tenga esa misma sensación aún cuando sigan pasando los años.

No puedo ahora mismo, sin embargo, ver una similitud en todo esto con mi vida. Ese hacer, o no hacer. El sentir o no sentir...

Y es cuando te das cuenta, de que la vida sólo es un círculo que recorres una y otra vez, casi con los mismos fallos.

No mires atrás.

No mires atrás. No lo intentes. No lo hagas. Todo volverá a ser igual cuando mires hacia delante. ¡No lo intentes! No, no sueñes con el pasado. No te refugies en tu mundo. No crees tu propio mundo. No servirá de nada. No te alejes. No me olvides. ¡No lo intentes!

No sabes volar, así que no saltes. No sabes nadar, así que no te sumerjas. No sabes lo que puedes perder, no sabes lo que puedes ganar. No te tires. No te rindas. ¡No lo intentes!

No mires atrás. No te atrevas. No está todo perdido. ¡No lo intentes!

No lo intentes. No lo hagas. No lo intentes. No lo hagas... No.

No puedes dejarme sola.

... ... ... ... ...

Y saltaste. A pesar de mis súplicas, lo hiciste. A pesar de mi tristeza, lo hiciste.

Me dejaste sola. Estoy sola.

Y salto contigo, siguiendo la vida que llevaste conmigo. Salto.

El viento me da en la cara mientras caigo, y ahora vuelo, y ahora me uno a ti. Y ahora floto y soy libre...

Pero mi vida termina y me uno al mundo que he elegido, abandonando el de los vivos.

¡No lo hagas! ¡No lo intentes! ¡No mires atrás si duele!
¡No te rindas! ¡No te dejes caer! ¡No mires atrás si duele!
¡Vive lo que te quede! ¡Olvida lo malo que te suceda!

No mires atrás si duele.
Jamás mires atrás si duele.

viernes, 5 de febrero de 2016

Soledad.


-Se muere. Su espíritu ha decidido fugarse de su cuerpo.

-¿Qué tiene, doctor? ¿Qué le pasa a mi hija?

-No padece ninguna enfermedad que se pueda curar. Simplemente ha decidido que no merece la pena seguir sintiendo dolor.

(Bonita metáfora)

jueves, 4 de febrero de 2016

De la educación.

A menudo, no damos importancia a las cosas más pequeñas de este mundo.
Cuando son, precisamente esas cosas que parecen no ocupar grandes espacios, lo que hacen que nuestra vida sea lo que es.


Ellos ven. Ellos hacen.

A menudo, la gente no se da cuenta de lo que puede influir en otras personas. Somos una sociedad y dependemos de las acciones de los demás para avanzar. ¿Os imagináis lo que eso significa para los más pequeños?

Un día, iba por la calle y comencé a cruzar un semáforo en rojo (como tantas otras veces; como tantas otras personas). No me di cuenta de que había un niño con su papá, cogidos de la mano, esperando a que se pusiera verde.

-Mira papá, esa chica está cruzando en rojo.

Me dio tiempo sólo a dar dos pasos. Oí al niño y me di cuenta de mi error. No porque no me hubiese asegurado de que no pasaban coches, o porque yo corriese peligro, sino porque de algún modo, en ese momento, yo también colaboraba con la educación de este niño.

Sonreí, me di media vuelta para regresar a donde estaban ellos, le di las gracias al niño "porque no me había dado cuenta y él me había ayudado" y esperé a que se pusiera en verde.

Éste gesto puede parecer estúpido e incluso exagerado, no digo que no. Tirar papeles, latas colillas al suelo... son daños menores. ¿Somos conscientes de ello? Eso me hace plantearme si somos conscientes de los más grandes: insultar, maltratar animales, destrozar la propiedad de los demás...

Si no lo haces por tí, hazlo por ellos.