miércoles, 28 de enero de 2015

Mil vías hacia la Creatividad III

"Ser curioso es ser creativo"

 No sé por qué, al pensar en esta frase me viene a la mente un gato. El color, la raza o la edad de éste me dan lo mismo. Lo único que pasa por mi cabeza, es un gato.
Será que adoro a estos animales (antes no, hasta que tuve a dos pequeñas gatitas llenando de alegría mi vida).

Veo a ese gato haciendo mil cosas distintas. Una de las acciones más divertidas que les he visto hacer a mis gatas, es seguir a una hormiga. La situación era que ellas, cuando apoyaban la pata sobre la hormiga, no llegaban a matarla, pero el bicho se detenía al notar la presión de la zarpa. Cuando la pata volvía a levantarse, la hormiga seguía su camino.
¿Podéis imaginar a un gato agazapado, siguiendo tranquilamente el paso de una hormiga? Esa es la imagen que se me ocurre.

Quizás no tenga mucho que ver con la creatividad. Sin embargo, ahí va otra que sí lo tiene. Todos habéis visto alguna vez cómo un perro se persigue su rabo, ¿no? He de decir que con los gatos no pasa de forma distinta, ni mucho menos.
Pues bien, mi otra gata es especialista en perseguirse el rabo (que ya no en pillárselo) y es capaz de pegarse horas y horas dando vueltas sobre sí misma para no conseguir más que un maullido triunfal al cogerlo y uno de dolor al morderlo.
Con los años, ha mejorado su técnica y ha reducido las horas a unos minutos: ahora se dedica a apoyar el trasero en alguna superficie para poder pillárselo.

Y esto sí me recuerda a la creatividad y a que cuando queremos, nos buscamos las mañas para hacer y deshacer a propósito.

La curiosidad mató al gato. ¿Nos matará a nosotros o nos hará más creativos?

martes, 27 de enero de 2015

Amor y Odio (reflexiones hacia ningún lado).

Hoy ha sido uno de esos días en los que me he dedicado a pensar sobre qué hablar. Llevo todo el día igual, con un horrible "run-run" en la cabeza.

A veces hay tantas cosas que contar que se te agolpan muchísimos temas y es difícil hablar de todos ellos a la vez.

He pensado rellenar este vacío existencial interno con una de las frases de "mil vías hacia la Creatividad", pero sabía que eso no haría desaparecer mi frustración.

Así que al final he tomado la decisión de hablar de un tema que últimamente parece ser bastante habitual y recurrente en mi vida: "El Amor y el Odio".

A mí, si hay algo que me gusta más casi que las metáforas, son las definiciones. Así que empezaré por ello:
-AMOR: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.-ODIO: Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.


Al contrario de la costumbre generalizada, el amor y el odio no son opuestos, ni mucho menos. La típica frase de "No hay mayor desprecio que no mostrar aprecio" es totalmente cierta.

Hace poco, por situaciones derivadas de mi vida, me he topado con dos personas que me han echo reflexionar muy profundamente en estas dos palabras, que tanto tienen que decir y tan poca atención prestamos.

En general, suele haber muchas formas de amar. No hay duda alguna (amor filial, paternal, amistoso, pasional...); sin embargo, ¿cuantos tipos de odio existen? ¿existe más de un tipo? Yo creo que sí. Está el odio justificado, el injustificado, el obsesivo y posiblemente me deje alguno más.

Por poner ejemplos: un miedo justificado es lo que cualquier persona puede obtener en base a sus propias experiencias, a lo que sufre en su día a día; un odio injustificado es aquel que te produce una sensación profunda que no puedes controlar ni racionalizar y que simplemente, guardas dentro (un poco como los celos); el obsesivo es aquel odio que no te deja vivir, ni pensar, ni disfrutar de nada, puesto que toda tu vida está pendiente de desearle el mal al objeto que odias (como el protagonista de Poe en "El Gato Negro").

La persona en cuestión que me ha hecho reflexionar sobre el odio (en realidad han sido dos, haciendo hincapié especial una sola persona) me ha demostrado que depende de qué odio sintamos, puede ser lo peor que pase en nuestra vida, puesto que nos frena y no nos deja avanzar. Cuando el odio es injustificado, no hay nada que hacer, puesto que no hay ninguna causa con la que combatir. No puedes dialogar con alguien que no tiene argumentos para defender su razón de odiar (es duro, pero cierto); sin embargo, si ese odio es justificado, se puede razonar; puedes cambiarlo y meditarlo, modicarlo a tu antojo hasta convertirlo en simple "no aprecio· (no quiero decir desprecio por el refrán anterior).

Esta persona me ha hecho reflexionar sobre el poco odio que mantengo yo a la gente. En realidad, creo que no tengo ningún odio justificado (no puedo confesar mis odios injustificados porque seguro que alguien me tacha de algo que no soy). Creo que soy una persona que no considera "enemigo" a nadie y que no deseo el mal (excepto a esos odios injustificados). Es posible que eso muchas veces me haya llevado a errores y a confiar en gente y situaciones de las que debería haber desconfiado. Pero el ahorro de energía de tener que "odiar" a es as personas y situaciones, ha sido lo que me ha hecho salir airosa y con la cabeza bien alta, acostándome por las noches con una sonrisa.

Sin quererlo, de éste modo, llego a la otra palabra que me encanta "AMOR".. He mantenido mil conversaciones sobre el amor, sobre lo que es, lo que piensa la gente que es, lo que creo yo que es... Y las respuestas siempre me quedan incompletas. ¿Qué es el amor? Para mí es el sentimiento pleno de darse a los demás. No sólo hablo de hacerles el bien. A veces, cuando quieres a alguien hay que procurarle el mal para que sea feliz.

Creo que verdaderamente, el amor lo puede todo (a pesar de que esto me llevaría a una larga discusión con el amigo que me ha llevado a la reflexión). Creo que es la mayor expresión que una persona puede dar de si misma hacia otra persona, animal, cosa o lo que sea.

En realidad, tardé mi tiempo en darme cuenta de ello. Las cosas no vienen como una inspiración sin más, sino que hay que masticar mucho para poder tragar. Me alegra ver feliz a la gente y eso me hace feliz. Pero también me gusta pensar que si hago sufrir a alguien, es porque necesita esa persona sufrir (y aunque eso me cause dolor, no deja de ser amor, ¿no?).

Es complicado explicar un sentimiento tan grande con palabras, pues todas se quedan vacías. Tengo mil personas a las que amo, adoro, quiero, respeto, valoro... Y muy pocas a las que no entregarles ese cariño, ese desvivir mío para que puedan vivir ellas (en realidad me cuesta mantenerme enfadada con una persona).

La vida es corta y cuesta mucho menos respetar a los que tenemos al lado que el pensar en cómo debemos "darles su merecido". Por supuesto, habrá mil personas que me lleven la contraria, pero soy incapaz de no poner la otra mejilla cuando me pegan una bofetada. Quizás la segunda vez intente esquivarla y a la tercera me aleje lo suficiente como para que no llegue a pegarme. Pero, ¿por qué voy a emplear mi tiempo en devolvérsela? ¿No sería eso un gasto de energía por mi parte que podría dedicar a hacer feliz y completa la vida de otra gente?

El amor y el odio van generalmente unidos, aunque no sean opuestos y estén el uno muy cerca del otro.
"Cambiemos el curso de nuestras palabras
para dirigir nuestros sentimientos"

A veces, me paro a pensar en mi desgracia, en la de no poder odiar de manera justificada, en la de racionalizar todo ese odio con motivos y anularlo hasta convertirlo en algo muy similar al amor. Y sin embargo, me arrepiento de no poder hacer lo mismo con mi odio injustificado, puesto que, en el momento en el que me deshiciese de todo el odio, creo que conseguiría ser la persona más feliz del
mundo.

Son divagaciones de una Trovada, de una Señora Ex-Carmen(A)tada y seguramente nada tengan que ver con la realidad del mundo.

Pero me encanta pensar que el amor es más fuerte que el odio y que se ganan más batallas con la indiferencia que con la ley de Talión (aunque obviamente haya que defenderse, no me seáis estúpidos, mis queridos lectores).

lunes, 26 de enero de 2015

Querer ser un demonio, siendo tan sólo un ángel (de 2008).

Comentario previo de la Señora Ex-Carmen(A)tada:

De nuevo, se trata de un texto creado por allá el 2008, en pleno cambio humano (la adolescencia).

De nuevo, vuelvo a caer en la cuenta de que no es ninguna obra de arte y que la confusión reinaba más en mi cabeza que el orden por aquellas fechas. Sin embargo, como de costumbre, se vuelve a ver un gran alarde de metáforas (¿de qué otra forma puede ser?).

Recuerdo que la idea principal de este texto se basa en la certeza que siempre he tenido de que soy una persona que suele poner la otra mejilla cuando le abofetean. En realidad me cuesta darme cuenta de que hay gente que debería haber dado por perdida mucha antes y rendirme ante estas situaciones me resulta imposible (tienen que apalearme múltiples veces hasta que me doy cuenta).

Siempre me ha seducido el "mal". Con el entrecomillado me refiero a la falta de conciencia; a hacer lo que quieres y no lo que debes. No me ha quedado nunca muy claro cuando es bueno hacer lo uno o lo otro.

Por ello quizás el título, que narra la inocencia que yo demostraba por aquellas fechas (y que aún hoy me queda algo de residuo) y no es que yo me compare con un ángel (ni mucho menos) sino que no encontré una metáfora mejor en aquellas fechas para referirme al "bien" y al "mal".

Una de las cosas que más me fastidia de estos relatos además, suele ser la repetición de palabras continuas o el no saber usar los signos de puntuación de una forma correcta (el exceso de puntos suspensivos me mata). Pero bueno, la práctica te hace aprender y nadie nace sabiendo.

Si tuviera que escribir ahora mismo de nuevo esta historia, seguro que cambiaban bastantes cosas (añadiría erotismo y quizás fuese otro personaje el que me convirtiese). Aunque la esencia logra captarse, queda tan poco definida y a la vez tan repetida que no consigo recordar ahora mismo por qué esta era una de mis historias favoritas.

En el fondo me da algo de vergüenza presentar estos textos, pero...

Allá va, pues.


Querer ser un Demonio, siendo tan sólo un Ángel.

Ando con pesimismo por la calle... y me doy cuenta de mi desgracia.

¿Que cuál es mi desgracia? Mi desgracia es tener dos alas blancas y un aro dorado encima de mi cabeza. Sí, en efecto, soy un ángel.

Miro a mi alrededor, y lo único que consigo ver son demonios, aterrorizantes pero hermosos demonios. Espléndidas alas negras hacen que sus sombras aterroricen a muchos de los que son como yo...

Para mí, cambiar mis alas blancas y mi aro dorado por un par de alas negras con cuernos en la cabeza, sería la opción que nunca he tenido... que nunca tendré. Es cierto que con el cambio, dejaría de ser yo misma, sí, pero... ¿Acaso merece la pena ser yo misma? ¿Merece la pena ser sólo un ángel?

Continuo andando mientras pienso en eso... soy un ángel, teóricamente... todo el mundo desearía ser un ángel... menos yo ¿Trastorno psicológico? Yo no lo creo así. Si algo he aprendido de la vida... es que los ángeles van al cielo, pero... los demonios pueden ir a cualquier lado, pueden ir a cualquier parte.

Dominar, engañar, utilizar, tener poder en mis manos... suenan tan dulces, son tan bonitas cuando las escuchan mis oídos...

Saber dominar tus sentimientos: siendo un ángel, te enamoras con facilidad y... estando rodeada de demonios... te utilizan con asombrosa indiferencia. Sin embargo, si yo fuese un demonio... podría disfrutar de los placeres de la vida... sin enamorarme nunca, sin que me utilizasen más.

Engañar: para un ángel como yo, esa palabra es innombrable, no se puede engañar a nadie, porque... simplemente está prohibido. Por el contrario... si yo fuese un demonio... daría igual a quién hiriese o no, porque... la única que importaría de veras sería yo.

Utilizar: un deseo tan puramente humano como demonio. Utilizar significa no ser utilizado, significa poder, significa controlar a los demás... un ángel como yo, nunca levantaría la mirada del suelo, simplemente, porque no se puede. Porque no podemos.

Ser un demonio, sencillamente... sería espléndido.

Sigo cavilando sobre el tema... ¿Alas blancas o negras? ¿Qué perdería si de ser un ángel pasase a ser un demonio?

Ahora sé que estaréis pensando un millón de cosas por las que debería seguir siendo un ángel: ayudo a los humanos a encontrar la luz, que les han arrebatado los demonios, soy un punto de apoyo y esperanza, honor, sabiduría...

¿Sabéis qué? Sinceramente, ya estoy harta. Ya no aguanto más, llevar todo el peso del mundo tras mis hombros... cuesta, y lo tengo que hacer sólo por ser un ángel. Si fuese un demonio... estaría arriba del todo, nada se interpondría en mi camino.

Además... otra de las cosas por las que no quier continuar siendo un ángel... es porque estoy enamorada de un demonio: manipulador, hechizante y atractivo demonio. Y él sólo juega con mis sentimientos, una y otra vez...

Podría ser yo tan atractiva... tan malvadamente hechizante... olvidarme de mis obligaciones y... ser sólo un demonio...

Tanto pensar... ahora un puñado de humanos y demonios me están mirando con cara de preocupación (no, miento: los demonios sólo lo aparentan. No debemos levantar sospechas entre los humanos). Levanto la cabeza tras estar mucho tiempo con la mirada clavada en el suelo... tras haber llorado todo lo que tenía que llorar.

Clavo mis ojos en los de una demonio... ella entiende a la perfección el mensaje. Me coge del brazo y me arrastra a un callejón oscuro...

-¿Qué te ha pasado ahí atrás, ángel? - su voz es dulce y melodiosa ¿De qué otra forma podría ser? Parece que tiene interés en mi sufrimiento. Seguro que disfrutará de la historia.

Levanto la cabeza. Estoy harta de ser un ángel, no contesto... pero se me encoge el corazón cuando veo arrugar la frente a aquella demonio... no puedo evitarlo, soy un simple ángel.

-No sé si te estás dando cuenta de que estoy empezando a perder la paciencia - su voz es amenazadora pero... sigue sonando dulce.

Cojo aire, encojo las alas y me preparo para contestarle, pero... no sé cómo.

-Quiero ser como tú. Quiero ser un demonio - lo he dicho. Me tiemblan las piernas y mi voz ha sonado titubeante, pero... lo he dicho.

La demonio me mira y comienza a reírse... no hace más que reírse. Voy a darme la vuelta y retirarme, ya no tengo nada que hacer allí. Pero aquella demonio me para, apretando mi muñeca con fuerza. Sólo me dice una frase, pero... la recordaré el resto de mi vida... La demonio sonríe maliciosamente.

-Tú lo has querido - sin soltarme la muñeca, vuelve a sonreírme con una perfecta boca demoníaca... una sonrisa aterradora...

Siento como mi cuerpo comienza a cambiar. Mis alas blancas disminuyen. Mi aro dorado desaparece... Parece que al fin voy a conseguir mi sueño... Noto como mis alas negras comienzan a crecer en mi interior...

Pero ahí se acaba todo. Cuando las alas iban a emerger de mi interior... la demonio, simplemente suelta mi muñeca y yo caigo al suelo, rendida bajo los pies de tan magnífica figura... perdida...

Aquella desconocida demonio se retiró, y me dejó tal cual, siendo humana, siendo una simple humana. Pobre e indefensa, en un mundo lleno de demonios...

Siendo un ángel, quise ser un demonio y me quedé siendo sólo humana.

Me han utilizado por última vez... como ángel. Pero ahora soy sólo una humana.

viernes, 16 de enero de 2015

Del "Ser" y del "Estar".

Vengo a hablar de ropa. Sí señor, aquí donde me veis (ya sé que sólo me leéis), yo también sé hablar de ropa, como tantas otras fantásticas chicas del mundo del internet (y de la sociedad en general) que parece que no tienen otra cosa que hacer (sin menospreciar al resto de mujeres en particular una a una).

Esto sucedió un día cualquiera, volviendo a casa después de la tarea que yo tuviera que hacer. Fue entonces cuando vi a una mujer adulta que llevaba (pieza a pieza): una chaquetilla de chandal rosa pastel, un pantalón de chandal verde fosforito (de esos que sirven para no perderse en la montaña), calcetines blancos y ¡OJO! ¡ZAPATO DE VESTIR!, pero con sus tacones y todo, ¿eh? No uno de esos que dices "¡Bah! Me puede servir para todo". No señor, de vestir, vestir.

No me voy a meter en la combinación de colores porque, para gustos están ellos. Pero, por favor, si no respetamos las normas mínimas de vestir...

En principio puede parecer algo inocente; incluso entiendo que esa mujer pueda estar en extrañas circunstancias que le obliguen a ponerse ese conjunto de prendas (ahora mismo no se me ocurre ninguna, pero bueno). Sin embargo, ir bien vestido dice mucho de nosotros. No me refiero a llevar ropas caras y de marca. De echo, yo creo que la única ropa de marca que tengo son unos calcetines viejos de Adidas. Soy la primera persona del mundo que no cree que más caro signifique mejor calidad (en ropa) y no soy muy de caprichos en el vestir (quien me conozca lo sabe).

Me refiero más bien al protocolo en la vestimenta. A mí, jamás en la vida (a no ser que se me den esas extrañas circunstancias que sigo sin caer) se me ocurriría ponerme un chandal con zapatos de vestir, o una falda con deportivas, o una camisa con un pantalón de chandal, o una dudadera con un pantalón de traje, o una corbata con una camiseta... Ejemplos mil. Y estas combinaciones horrorosas tampoco quedan bien si las prendas son de marca, siento decirlo.

Para cada cosa está su asunto; ¡por Dios! y de verdad que no entiendo cómo hay gente que hace esas combinaciones, se mira al espejo y dice "qué original voy hoy; salgo así a la calle". Pero miremos el lado positivo: creo que esas personas denotan una feaciente fe en sí mismos, además de una completa falta de saber comportarse en sitios públicos.

Jamás en mi vida se me ocurriría asistir a una entrevista de trabajo en chandal (aunque fuese para trabajar en un club deportivo como entrenadora o cualquier cosa de esas), o jugar un partido de rugby o jugger con traje y pajarita.

Son cosas que no se deben hacer, porque de lo contrario, muestran, no sólo la falta de preocupación por el "saber estar", sino nula capacidad de saber comportarse en sitios en los que debemos hacerlo (tanto de una forma como de otra).

No digo que renuncies a tu estilo. Al revés, las ropas, cuanto más personales y naturales te queden, mejor. Pero (por suerte o por desgracia), vivimos en sociedad y hemos de "someternos" a estas normas, para que, a través de ellas, podamos demostrar características positivas, porque sí que es verdad, que aunque esa mujer de chandal y zapatos de vestir no estaba haciendo daño a nadie ajeno a su persona, se estaba asestando un golpe brutal a sí misma. Estoy segura de que la mayor parte de la gente que le viese, no se daría cuenta de su conjunto, pero, ¿si su vida depende de su saber estar?

Del "Ser" de una forma y del "Estar" en un sitio, señores. Hay veces que hay que morderse la lengua para no perjudicarnos a nosotros mismos y hay veces que no puedes ir con chandal y zapatos de vestir. Del "Ser" y de "Estar".

jueves, 15 de enero de 2015

Mil vías hacia la Creatividad II.

La creatividad es un viaje; vayas a donde vayas, ve de todo corazón.

¿Qué mejor manera hay de hacer las cosas que de corazón? Lo bien hecho siempre ha de hacerse con cuidado.

Soy una persona, que conforme pasan los años se ha vuelto muy perfeccionista en sus haceres. En principio, esto puede parecer una gran ventaja (y lo es casi siempre), sin embargo, de vez en cuando, la tortilla se da la vuelta y te golpea fuerte en la cara, puesto que cuando haces algo que no es perfecto, se queda ahí, abandonado y sin que nadie lo lea.

Recuerdo que mis padres siempre me cuentan que cuando era pequeña, cada vez que dibujaba, me dedicaba a hacer el más mínimo detalle del cuadro (al contrario que la mayoría de niños que se dedican a hacer la figura principal). Siempre me han gustado los detalles porque son lo que marcan la diferencia y lo que hace que tu obra sea tuya; tu seña.

Por eso me gusta esta frase. Creo que es muy de "perfeccionistas", puesto que cuando haces algo con el corazón, con todo el amor del mundo, siempre lo haces lo mejor posible, cuidando de los detalles, por muy tontos que puedan parecer.

Con la creatividad pasa lo mismo, ¿no? Si pretendes que algo te salga bien, diferente, innovador, tuyo..., pensando exáctamente como piensan los demás ¿de qué sirve? Hay que ir un paso más allá: ir en busca de la creatividad perfecta, de tu corazón en el camino.

miércoles, 14 de enero de 2015

Mi cumpleaños.

Sí, lo voy a decir: hoy es mi cumpleaños.

Cumplo 22 años y éste es uno de los días más felices para mí de todo el año.

¿El por qué? Bueno, en resumidas cuentas, celebro que estoy viva.

Puede quesea porque aún soy joven, pero ésta fecha para mí es todo alegría, diversión, fiestas, canciones... Es un momento en el cual, puedes pedir todos los deseos que quieras porque hay felicidad y todo el mundo que te quiere se acuerda de ti y esas cosas.

Así que hoy voy a vivir todo lo bueno y a olvidarme de todo lo malo; porque es mi cumpleaños.

jueves, 8 de enero de 2015

Muñeca de Trapo (de 2008)

Comentario previo de la Señora Ex-Carmen(A)tada:

Tal y como prometí, me propongo a pasar mis escritos antiguos para que no se pierdan.

Éste lo escribí en el 2008, con mis 15 añitos de edad.

No es ninguna maravilla, me doy cuenta, pero es el primero que consideré como "obra" personal.

Siempre me ha gustado escribir, pero esta, me resultó particularmente personal, muy de dentro (de lo que en la adolescencia se puede considerar como dentro, ya se sabe lo de las hormonas y demás). Así que aunque la obra no está muy bien pulida y tiene sus imperfecciones, es una de las que más cariño guarda.

Además de eso, recuerdo que la leí delante de toda la clase, esperando que,, la amiga que me abandonó y a la que iba dedicada, se diese cuenta de cómo me sentía y me brindase por lo menos, una explicación de lo que había pasado entre las dos. No tuve suerte. y aunque en el momento me dolió, supongo que hay gente en el mundo de la que es mejor deshacerse y por suerte, se deshizo ella antes de mí, porque tengo una tendencia horrible a acumular personas tóxicas a mi alrededor

Además me parecía muy acertada para estas fechas en las que los juguetes viejos son reemplazados por los nuevos. La Navidad hace que las estanterías se llenen de juguetes viejos.

¡Va por ti, María! Que me inspiraste a escribirla. Puede que las Barbies sean más bonitas por fuera, pero las muñecas de trapo tenemos más corazón; ellas están huecas.

P.D: No recuerdo un personaje para la Barbie.




Muñeca de Trapo:

Es horrible pensar, saber que en cualquier momento te pueden reemplazar, que puedes dejar de ser la favorita, sentirte una Muñeca de Trapo, sustituida por una Barbie: guapa, alta, con buen físico; nada comparado contigo: una simple y vieja muñeca de trapo.

Ahora te dejan en un estante, oculta entre más juguetes viejos y rotos. total, tú ya no sirves para nada; ya has pasado de moda.

Desde lo alto de la estantería observas cómo se divierten sin ti la que antes creías que era tu mejor amiga y esa Barbie "perfecta" que tú nunca llegaste a ser. No te necesitan, por eso estás en la estantería.

Tú intentas reemplazar lo que ya no tienes: buscas entre los demás juguetes de la estantería lo que pueda llenar tu vacío corazón de tela. El payaso tuerto, la bailarina manca, el soldadito de plomo sin una pierna...Todos son agradables contigo, todos te tratan bien; pero no pueden darte lo que estás buscando: la amistad olvidada. Intentas mostrarte amable con los demás juguetes de la estantería, pero la pena te embarga y no sabes cómo disimularlo. el agujero que han dejado en ti sigue tan grande como antes.

Pasan los días, eternidades infinitas es lo que te parecen a ti. sólo ves a esa muñeca que te ha quitado tu vida sólo porque ya eres vieja. la odias y estás deseando el momento en el que ella caiga al olvido, al igual que has hecho tú.

Pero un día, se rompe aquella Barbie. Ya no se puede jugar con ella: está rota; va a ser reemplazada al igual que lo fuiste tú, por motivos distintos. Te alegras y saltas de emoción, todos los sueños terminan por cumplirse. Tu corazón se acelera. Has estado esperando eso durante tanto tiempo... Te ríes de esa muñeca, tan perfecta, que ahora está rota. Vuelves a disfrutar de la vida, aunque sabes que ya no eres tú misma, pero al menos, el juguete que te arrebató una parte de ti, está en la estantería de los juguetes viejos y rotos.

Sin duda, sabes que también la Barbie va a ser sustituida por otro juguete nuevo, pero eso ya no te importa. Tu pequeña venganza ya se ha cumplido.

Pasan los días y te alimentas de la tristeza de esa muñeca perfecta... ahora destrozada. Pero un día, sin desearlo, sin darte cuenta, te fijas en la Barbie, pero no como la que te arrebató tu amistad, sino como la muñeca rota que es ahora. Te acercas, le preguntas... y poco a poco vas descubriendo que no es tan mala como tú te creías que era en realidad. Y resulta que ella sólo era un juguete más.

Ya no miras por la estantería. Te da igual con quién juegue la que un día fue tu amiga "incondicional". Total, eso ya no te importa. Te juntas con la Barbie, un día tras otro, hablando, riendo tal y como habrías hecho con cualquier juguete. Pero del rencor nace más tarde la amistad y pronto sois inseparables.

La que te quitó un día lo que tú creías que era tu vida, ha sido la que te ha descubierto una nueva parte de ti. Y en el fondo, lo sabes.

miércoles, 7 de enero de 2015

¡Dale una bofetada!



El vídeo lo dice todo.

No tiene desperdicio, ni uno solo de ellos.

Así debería ser. No por ser hombres o por ser mujeres sólo: respeto, no violencia.

Me ha encantado la sinceridad, la tranquilidad con la que los niños explican lo que se debe o no se debe hacer, esa tranquilidad de saber que si lo hicieran, dejarían de ser fieles a lo que ellos quieren ser de mayores. "Porque estoy en contra de la violencia", "Porque una chica no debería ser golpeada ni siquiera con unas flores", "¿Por qué? Porque soy un hombre".

P.D: Sé que no me lees, Umberto, pero éste vídeo me ha recordado a ti, Italianinni :)

martes, 6 de enero de 2015

Mil vías hacia la Creatividad I (David Baird)

Hoy, día de Reyes, qué queréis que os diga, pero en mi familia (extensa) se sigue llevando a cabo la tradición (y me encanta), así que esta noche me han acompañado un montón de regalos en mi despertar.

Uno de ellos, que me ha gustado (ni más ni menos, simplemente como un gran acertado), me ha tocado éste libro: "Mil vías hacia la Creatividad" de David Baird.

No soy mucho de ese royo, no soy muy de mensajes positivos para motivarme, sin embargo, bueno, ésto puede estar bien y puede salir algo muy majo, ¿no? Así que he decidido reproducirlo (no entero) en pequeñas partes en este blog y quién sabe, quizás de alguno salga una gran inspiración.

Allá va la primera:
La creatividad se define con dos pequeñas palabras "¿Y sí?". Dejemos que sea el punto de partida.

¿Por qué no? ¿Por qué no empezar con esa pregunta y continuar hasta que lo que pensemos tenga el sentido suficiente como para llevarlo a cabo? ¿Y si comenzamos de cero hasta alcanzar nuestros sueños?

domingo, 4 de enero de 2015

Lista de Propósitos:


El paso del tiempo es irremediable, qué le vamos a hacer: nos volvemos viejos segundo a segundo.

Sin embargo, a mi hay algo que me hace sentir siempre como una niña feliz: el Año Nuevo.

Está bien, puede que suene a tópico, pero es que me encanta que la gente haga cosas por mejorar, aunque sólo lo consiga los dos primeros días (como el típico deseo de dejar de fumar). Pero ¿y qué? La gente se lo plantea; se plantea el cambio, ser mejores, distintos, más como quieren ser ellos.

¿Por qué no iba a contagiarme yo de eso?

Así que de nuevo, yo he hecho mi lista de propósitos. Son casi los mismos que todos los años, sí, y sé que seguramente este año tampoco los consiga del todo. Pero, ¡oye! ¡quizás consiga cumplirlos durante una semana más que el año pasado!

Así que sí, estoy entusiasmada.

Si me acuerdo de esta entrada a lo que venga el 2016, igual la refresco y marco lo que conseguí cumplir y lo que no. Aunque igual eso me deprime un poco (jajajaja).

Mi lista:
  1. Hacer ejercicio diario (para ponerme en forma para el Rugby y el Jugger).
  2. Ser más ordenada (dejar que se le vea el suelo a mi habitación).
  3. Terminar un libro (tengo mil empezados, me conformo con uno).
  4. Sonreír más y preocuparme menos.
  5. Hacer algo arriesgado que no haya hecho antes.

Ya veremos que sucede. La intención es lo que cuenta.

¡A sonreír todo el mundo se ha dicho!