jueves, 8 de enero de 2015

Muñeca de Trapo (de 2008)

Comentario previo de la Señora Ex-Carmen(A)tada:

Tal y como prometí, me propongo a pasar mis escritos antiguos para que no se pierdan.

Éste lo escribí en el 2008, con mis 15 añitos de edad.

No es ninguna maravilla, me doy cuenta, pero es el primero que consideré como "obra" personal.

Siempre me ha gustado escribir, pero esta, me resultó particularmente personal, muy de dentro (de lo que en la adolescencia se puede considerar como dentro, ya se sabe lo de las hormonas y demás). Así que aunque la obra no está muy bien pulida y tiene sus imperfecciones, es una de las que más cariño guarda.

Además de eso, recuerdo que la leí delante de toda la clase, esperando que,, la amiga que me abandonó y a la que iba dedicada, se diese cuenta de cómo me sentía y me brindase por lo menos, una explicación de lo que había pasado entre las dos. No tuve suerte. y aunque en el momento me dolió, supongo que hay gente en el mundo de la que es mejor deshacerse y por suerte, se deshizo ella antes de mí, porque tengo una tendencia horrible a acumular personas tóxicas a mi alrededor

Además me parecía muy acertada para estas fechas en las que los juguetes viejos son reemplazados por los nuevos. La Navidad hace que las estanterías se llenen de juguetes viejos.

¡Va por ti, María! Que me inspiraste a escribirla. Puede que las Barbies sean más bonitas por fuera, pero las muñecas de trapo tenemos más corazón; ellas están huecas.

P.D: No recuerdo un personaje para la Barbie.




Muñeca de Trapo:

Es horrible pensar, saber que en cualquier momento te pueden reemplazar, que puedes dejar de ser la favorita, sentirte una Muñeca de Trapo, sustituida por una Barbie: guapa, alta, con buen físico; nada comparado contigo: una simple y vieja muñeca de trapo.

Ahora te dejan en un estante, oculta entre más juguetes viejos y rotos. total, tú ya no sirves para nada; ya has pasado de moda.

Desde lo alto de la estantería observas cómo se divierten sin ti la que antes creías que era tu mejor amiga y esa Barbie "perfecta" que tú nunca llegaste a ser. No te necesitan, por eso estás en la estantería.

Tú intentas reemplazar lo que ya no tienes: buscas entre los demás juguetes de la estantería lo que pueda llenar tu vacío corazón de tela. El payaso tuerto, la bailarina manca, el soldadito de plomo sin una pierna...Todos son agradables contigo, todos te tratan bien; pero no pueden darte lo que estás buscando: la amistad olvidada. Intentas mostrarte amable con los demás juguetes de la estantería, pero la pena te embarga y no sabes cómo disimularlo. el agujero que han dejado en ti sigue tan grande como antes.

Pasan los días, eternidades infinitas es lo que te parecen a ti. sólo ves a esa muñeca que te ha quitado tu vida sólo porque ya eres vieja. la odias y estás deseando el momento en el que ella caiga al olvido, al igual que has hecho tú.

Pero un día, se rompe aquella Barbie. Ya no se puede jugar con ella: está rota; va a ser reemplazada al igual que lo fuiste tú, por motivos distintos. Te alegras y saltas de emoción, todos los sueños terminan por cumplirse. Tu corazón se acelera. Has estado esperando eso durante tanto tiempo... Te ríes de esa muñeca, tan perfecta, que ahora está rota. Vuelves a disfrutar de la vida, aunque sabes que ya no eres tú misma, pero al menos, el juguete que te arrebató una parte de ti, está en la estantería de los juguetes viejos y rotos.

Sin duda, sabes que también la Barbie va a ser sustituida por otro juguete nuevo, pero eso ya no te importa. Tu pequeña venganza ya se ha cumplido.

Pasan los días y te alimentas de la tristeza de esa muñeca perfecta... ahora destrozada. Pero un día, sin desearlo, sin darte cuenta, te fijas en la Barbie, pero no como la que te arrebató tu amistad, sino como la muñeca rota que es ahora. Te acercas, le preguntas... y poco a poco vas descubriendo que no es tan mala como tú te creías que era en realidad. Y resulta que ella sólo era un juguete más.

Ya no miras por la estantería. Te da igual con quién juegue la que un día fue tu amiga "incondicional". Total, eso ya no te importa. Te juntas con la Barbie, un día tras otro, hablando, riendo tal y como habrías hecho con cualquier juguete. Pero del rencor nace más tarde la amistad y pronto sois inseparables.

La que te quitó un día lo que tú creías que era tu vida, ha sido la que te ha descubierto una nueva parte de ti. Y en el fondo, lo sabes.

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