lunes, 26 de enero de 2015

Querer ser un demonio, siendo tan sólo un ángel (de 2008).

Comentario previo de la Señora Ex-Carmen(A)tada:

De nuevo, se trata de un texto creado por allá el 2008, en pleno cambio humano (la adolescencia).

De nuevo, vuelvo a caer en la cuenta de que no es ninguna obra de arte y que la confusión reinaba más en mi cabeza que el orden por aquellas fechas. Sin embargo, como de costumbre, se vuelve a ver un gran alarde de metáforas (¿de qué otra forma puede ser?).

Recuerdo que la idea principal de este texto se basa en la certeza que siempre he tenido de que soy una persona que suele poner la otra mejilla cuando le abofetean. En realidad me cuesta darme cuenta de que hay gente que debería haber dado por perdida mucha antes y rendirme ante estas situaciones me resulta imposible (tienen que apalearme múltiples veces hasta que me doy cuenta).

Siempre me ha seducido el "mal". Con el entrecomillado me refiero a la falta de conciencia; a hacer lo que quieres y no lo que debes. No me ha quedado nunca muy claro cuando es bueno hacer lo uno o lo otro.

Por ello quizás el título, que narra la inocencia que yo demostraba por aquellas fechas (y que aún hoy me queda algo de residuo) y no es que yo me compare con un ángel (ni mucho menos) sino que no encontré una metáfora mejor en aquellas fechas para referirme al "bien" y al "mal".

Una de las cosas que más me fastidia de estos relatos además, suele ser la repetición de palabras continuas o el no saber usar los signos de puntuación de una forma correcta (el exceso de puntos suspensivos me mata). Pero bueno, la práctica te hace aprender y nadie nace sabiendo.

Si tuviera que escribir ahora mismo de nuevo esta historia, seguro que cambiaban bastantes cosas (añadiría erotismo y quizás fuese otro personaje el que me convirtiese). Aunque la esencia logra captarse, queda tan poco definida y a la vez tan repetida que no consigo recordar ahora mismo por qué esta era una de mis historias favoritas.

En el fondo me da algo de vergüenza presentar estos textos, pero...

Allá va, pues.


Querer ser un Demonio, siendo tan sólo un Ángel.

Ando con pesimismo por la calle... y me doy cuenta de mi desgracia.

¿Que cuál es mi desgracia? Mi desgracia es tener dos alas blancas y un aro dorado encima de mi cabeza. Sí, en efecto, soy un ángel.

Miro a mi alrededor, y lo único que consigo ver son demonios, aterrorizantes pero hermosos demonios. Espléndidas alas negras hacen que sus sombras aterroricen a muchos de los que son como yo...

Para mí, cambiar mis alas blancas y mi aro dorado por un par de alas negras con cuernos en la cabeza, sería la opción que nunca he tenido... que nunca tendré. Es cierto que con el cambio, dejaría de ser yo misma, sí, pero... ¿Acaso merece la pena ser yo misma? ¿Merece la pena ser sólo un ángel?

Continuo andando mientras pienso en eso... soy un ángel, teóricamente... todo el mundo desearía ser un ángel... menos yo ¿Trastorno psicológico? Yo no lo creo así. Si algo he aprendido de la vida... es que los ángeles van al cielo, pero... los demonios pueden ir a cualquier lado, pueden ir a cualquier parte.

Dominar, engañar, utilizar, tener poder en mis manos... suenan tan dulces, son tan bonitas cuando las escuchan mis oídos...

Saber dominar tus sentimientos: siendo un ángel, te enamoras con facilidad y... estando rodeada de demonios... te utilizan con asombrosa indiferencia. Sin embargo, si yo fuese un demonio... podría disfrutar de los placeres de la vida... sin enamorarme nunca, sin que me utilizasen más.

Engañar: para un ángel como yo, esa palabra es innombrable, no se puede engañar a nadie, porque... simplemente está prohibido. Por el contrario... si yo fuese un demonio... daría igual a quién hiriese o no, porque... la única que importaría de veras sería yo.

Utilizar: un deseo tan puramente humano como demonio. Utilizar significa no ser utilizado, significa poder, significa controlar a los demás... un ángel como yo, nunca levantaría la mirada del suelo, simplemente, porque no se puede. Porque no podemos.

Ser un demonio, sencillamente... sería espléndido.

Sigo cavilando sobre el tema... ¿Alas blancas o negras? ¿Qué perdería si de ser un ángel pasase a ser un demonio?

Ahora sé que estaréis pensando un millón de cosas por las que debería seguir siendo un ángel: ayudo a los humanos a encontrar la luz, que les han arrebatado los demonios, soy un punto de apoyo y esperanza, honor, sabiduría...

¿Sabéis qué? Sinceramente, ya estoy harta. Ya no aguanto más, llevar todo el peso del mundo tras mis hombros... cuesta, y lo tengo que hacer sólo por ser un ángel. Si fuese un demonio... estaría arriba del todo, nada se interpondría en mi camino.

Además... otra de las cosas por las que no quier continuar siendo un ángel... es porque estoy enamorada de un demonio: manipulador, hechizante y atractivo demonio. Y él sólo juega con mis sentimientos, una y otra vez...

Podría ser yo tan atractiva... tan malvadamente hechizante... olvidarme de mis obligaciones y... ser sólo un demonio...

Tanto pensar... ahora un puñado de humanos y demonios me están mirando con cara de preocupación (no, miento: los demonios sólo lo aparentan. No debemos levantar sospechas entre los humanos). Levanto la cabeza tras estar mucho tiempo con la mirada clavada en el suelo... tras haber llorado todo lo que tenía que llorar.

Clavo mis ojos en los de una demonio... ella entiende a la perfección el mensaje. Me coge del brazo y me arrastra a un callejón oscuro...

-¿Qué te ha pasado ahí atrás, ángel? - su voz es dulce y melodiosa ¿De qué otra forma podría ser? Parece que tiene interés en mi sufrimiento. Seguro que disfrutará de la historia.

Levanto la cabeza. Estoy harta de ser un ángel, no contesto... pero se me encoge el corazón cuando veo arrugar la frente a aquella demonio... no puedo evitarlo, soy un simple ángel.

-No sé si te estás dando cuenta de que estoy empezando a perder la paciencia - su voz es amenazadora pero... sigue sonando dulce.

Cojo aire, encojo las alas y me preparo para contestarle, pero... no sé cómo.

-Quiero ser como tú. Quiero ser un demonio - lo he dicho. Me tiemblan las piernas y mi voz ha sonado titubeante, pero... lo he dicho.

La demonio me mira y comienza a reírse... no hace más que reírse. Voy a darme la vuelta y retirarme, ya no tengo nada que hacer allí. Pero aquella demonio me para, apretando mi muñeca con fuerza. Sólo me dice una frase, pero... la recordaré el resto de mi vida... La demonio sonríe maliciosamente.

-Tú lo has querido - sin soltarme la muñeca, vuelve a sonreírme con una perfecta boca demoníaca... una sonrisa aterradora...

Siento como mi cuerpo comienza a cambiar. Mis alas blancas disminuyen. Mi aro dorado desaparece... Parece que al fin voy a conseguir mi sueño... Noto como mis alas negras comienzan a crecer en mi interior...

Pero ahí se acaba todo. Cuando las alas iban a emerger de mi interior... la demonio, simplemente suelta mi muñeca y yo caigo al suelo, rendida bajo los pies de tan magnífica figura... perdida...

Aquella desconocida demonio se retiró, y me dejó tal cual, siendo humana, siendo una simple humana. Pobre e indefensa, en un mundo lleno de demonios...

Siendo un ángel, quise ser un demonio y me quedé siendo sólo humana.

Me han utilizado por última vez... como ángel. Pero ahora soy sólo una humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu trovada