martes, 14 de noviembre de 2017

En el mundo, a cada rato.

Nos pusieron este vídeo hace ya un mes en el instituto. Me impresionó mucho, a pesar de ser una película, pues sé que esto pasa.
Espero que disfrutéis de él.
En el mundo a cada rato from Tus Ojos on Vime

https://vimeo.com/69462769

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Madurez.

     -Será que estoy demasiado mayor para estas cosas - dijo mientras se sentaba en el taburete, a la par que dejaba su viejo gorro sobre la acuchillada madera de la barra -. Será que ya no veo el mundo como debería verlo.
     Hizo un gesto al ya conocido camarero, levantando dos de sus dedos a modo de "apúntamelo en la cuenta". Al momento, aparecieron dos vasos de whisky con hielo. Quizás no era el mejor whisky del mundo, pero suficiente para ahogar los pensamientos en una bruma de calma. ¿Calma u olvido?
     -Quizás ya he perdido esa inocencia que todos deberíamos conservar - levantó el vaso con tristeza y comenzó su olvido.
     -¿A qué te refieres, Tony? - su voz era algo que jamás había podido describir. Le producía un profundo dolor en el pecho que siempre le aliviaba. Después de todo, ella seguía ahí para él, ¿no? En eso se consolaba. Una promesa que no se había roto ni con los años.
     -No sé exactamente a qué me refiero, María - pronunciar su nombre también le atravesaba el pecho, de un modo igual de contradictorio, como el escalofrío que esperas que llegue y cuando llega, sólo duele -. Quizás a que si hecho la vista atrás, ya no tengo ganas de continuar hacia delante. Me quedaría atascado en un punto, en un solo recuerdo, bueno o malo. No quiero más experiencias.
     Sacó su pitillera y le ofreció un cigarro a la mujer, aún a sabiendas de que se lo rechazaría, la conocía bien. Se encogió de hombros, como hacía siempre hacía, y lo encendió.
     -No puedes decir eso - su voz era seria, preocupada. Como siempre había estado por él.
     -¿Por qué no? Fíjate, ¿qué he conseguido en la vida? ¿Qué méritos he acumulado? ¿Cuantas de las cosas que me propuse han surgido?
     -No digas eso, por favor - en el fondo, ella comprendía que la mayoría de las cosas que habían sucedido en la vida de Tony (o las que no habían sucedido) eran por su culpa. Y eso, aún desgarraba más el corazón a nuestro hombre, y al mismo modo, le reconfortaba que ella sufriese. Era como una pequeña venganza en la que él poco tenía que decir.
     -Ni familia, ni amigos, ni trabajo. Nada de lo que he conseguido alguna vez ha sido estable, querida. Todo se ha terminado desvaneciendo, como el whisky de este maldito vaso - hizo un gesto al camarero para que rellenase su copa -. Cuando eres niño se esfuerzan por hacerte creer que la vida ofrece recompensas, que todo tiene un para qué y un por qué, que hay que intentar escalar la montaña, subir a lo más alto que puedas hasta que te falte el oxígeno y que así tus pulmones se podrán acostumbrar - se terminó el whisky de un solo trago e hizo gesto camarero para que rellenase su copa, de nuevo -. Pero no es así.
     -Tony, yo... - a María le tembló levemente la voz. Eso le hizo sonreír al hombre.
     -No te disculpes. Tu lección fue una de las primeras que aprendí y me conformé cuando tendría que haber luchado. Quizás ahora todo sería distinto. Pero, ¿sabes qué? Te agradezco todo tanto que no podría culparte más de lo que me culpo yo por ello.
     -Tony...
    -A lo que voy es que en la vida, siempre estamos solos. Por mucho que encontremos todo aquello que estábamos esperando, por mucho que intentemos hacer que todo vaya bien, que disimulemos que no hay problemas, que tenemos amigos que nos cuidan que tenemos una familia que nos esperará en casa... Es una fantasía. A la hora de la verdad, estamos solos - volvió a beberse su tercer vaso de trago y repitió el gesto anterior al camarero, que distraído, limpiaba con esmero todo lo que encontraba en su paso, para no intervenir en una conversación privada.
     Hubo un gran silencio. Uno de esos en los que no te atreves a respirar por si cortas algún hilo de pensamiento, de esos en los que se te encoge el alma porque intentas mirar tan dentro de ti que te pierdes.
     -No quiero que te sientas mal, mujer - se disculpó al ver el efecto que sus palabras habían tomado -, si algo tengo que agradecer es que no me hayas abandonado, aunque realmente esté solo.
      -No puedo dejarte, Tony.
     -Lo sé. Pero tampoco puedes estar conmigo, ¿me equivoco? - como respuesta, obtuvo un largo trago de whisky, uno de esos que una mujer no debería dar. Tony terminó pidiéndole la botella al camarero.
     -No voy a irme nunca - terminó por contestar María -. Siento que te lo debo.
     -Tú no me debes nada, igual que yo tampoco a ti. Las personas no son propiedades, por eso no se puede pedir fidelidad eterna. Todos tenemos nuestro propio mundo, nuestras propias intenciones y nuestra forma de ver el mundo. No supe luchar por tí y otro ganó la batalla, porque nunca fuiste mía.
     -Quizás un perro - María sonrió, recordando a su pequeño y fiel amigo.
     -Quizás un perro solucionaría mis problemas, sí.
     Y volvió a rellenarse una vez más la copa.
     La conversación terminó con una triste sonrisa por parte de ambos. Quién sabe lo que les depararía el futuro, el último trago, o si tendrían ganas de continuar.

martes, 7 de noviembre de 2017

Para Él.

Es curiosa la vida.
O por lo menos, a mi me lo parece. No me parece algo a lo que te puedas acostumbrar.
Qué vueltas da...
Y ahora siento que por fin estoy en el camino.

Sé que es algo que digo mucho; cada vez que encuentro un medio que seguir o al que engacncharme. Y puede que esta sea otra ocasión igual al resto, que dentro de una semana, dos meses, cinco años... vuelva a decir lo mismo.
Porque definitivamente, la vida no es algo a lo que te puedas acostumbrar.
Puede ser que en realidad, no aprenda de mis errores y que esto sea una próxima ilusión de lo que era el camino definitivo. Como una prueba graciosa de Zeus, haciendo que me mate un águila todos los días (y mi águila sea la ilusión de que he aprendido la lección).

Pero oye, cómo estoy disfrutando del viaje. Aunque no me lleve a ninguna parte.
Saber que todo va como debe ir, que estoy en lo que me gusta, que poco a poco, sin prisas y sin agobios, todo cobra sentido, que las bofetadas que me ha ido dando la vida me han llevado al camino que tenía que escoger, que el universo ha sido mucho más fuerte que yo en tomar mis decisiones. Y no os equivoquéis, me alegro que el universo haya tomado decisiones por mí de vez en cuando, porque si sólo contara con mi capacidad, ahora estaría vagando vete a saber por donde con mi discapacidad para elegir.

Y cómo me alegro de que el universo haya sido más feurte que yo...

Ser yo misma gracias a una persona que llevaba tanto tiempo conmigo y que por alguna extraña razón, jamás reparé en verla. Que ha seguido allí todo el tiempo, paciente (algunas veces más que otras, y no sé si verdaderamente era paciencia o falta de habilidad), para lo que he necesitado, sin pedir nada a cambio, sólo un poco de compñaía.
Y quizás sea ese al camino que me refiero que he hecho bien en tomar, para poder ser yo misma, porque él me ayuda a seguir y a querer intentarlo de nuevo. Porque parece que nunca se rinde y siempre me da ese empujón "todo lo que te haga feliz", cuando a mí más me fallan las feurzas.

Así que, efectivamente, me resulta curioso cómo alguien que lleva tanto tiempo conmigo ha sido invisible en muchos aspectos y como ahora se ha vuelto imprescindible, y que en verdad, no sabría qué hacer sin él, sin sus ánimos, su seguridad, su confianza, su cariño. Sin su amor, en definitiva. Me resulta curioso haberme dado cuenta de que llevo necesitándole mucho más tiempo del que yo pensaba y cuando me dijo que se iba, cómo accionó mi necesidad y le puso palabras.

Y podría pensar que esa persona es sólo para mi, pero no. Lo curioso es que no es sólo para mi, que tiene un corazón que le hace ser así con todos y que posiblemente, para la mayoría, pase desapercibido.
No sabría exactamente cómo reflejar en palabras ese concepto: cómo una persona es tan fácil de disimular y a la vez, cuando te enteras de que se ha ido, te da un ataque de ansiedad.

En definitiva, podría decir que soy la mujer más feliz del mundo con algo que llevo tiempo teniendo delante de mis ojos. Pero el mundo entero debería saber ya que yo no veo bien.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Teníamos planes, pero no podías hacerlo.

Creo que cuando una persona te dedica una canción así, está llorando porque no fuiste lo suficiente y porque realmente tenía esperanzas en que todo salirea bien.
Quizás distinto a como había salido siempre.
Igual no habría sido.



miércoles, 1 de noviembre de 2017

Arena.

Ya no sé los días que llevo.
El sol quizás me hace perder la cuenta.
O la deshidratación.
O el silencio.

Parece mentira, pero las ropas de los tuareg no hacen absolutamente nada. Quizás a ellos les funcione, pero a alguien como yo, acostumbrado a la ciudad, a esa humedad que cala los huesos, a esa brisa mañanera que te desoereza, desde lueco, ni con estas ropas es fácil adaptarse, aún con todos los trucos de los hombres del desierto.

Al principio, cuando llegué, estaba fascinado por el paisaje. Me parecía lo más hermoso que había visto nunca jamás en mi vida. En estos momentos, ese sentimiento de llegada, sólo es un recuerdo de mi mente. De hecho, es posible que ni siquiera lo sufriera y sólo haya sido un producto de mi imaginccion para justificar de algún modo la valía del viaje. Como mucho, un recuerdo de esos que se tiene con hastío; como cuando te das cuenta de todas las ingenuidades que descubres de cuando eras pequeño.

Pero por supuesto, con ese entusiasmo de persona nueva en un lugar, me apunté sin pensármelo  dos veces a esta travesía, que ahora veo, no fue buena idea en absoluto.

La arena castiga lo poco de mi cara que queda al descubierto. Las manos me sangran, agrietadas por la deshidratación, el sol y las riendas de cuero de mi caballo, como si fueran papel de papiro. ¿Las piernas? Podría ser un tullido y sentiría absolutamente lo mismo. La boca está pastosa, como si pudiera masticar mi saliva y la lengua ya hasta ha dejado de hormiguearme (creo que eso es mala señal). El estómago me ruge; no sé cuanto llevamos sin comer, aunque hay comida suficiente para todos. Al parecer, ni el agua ni la comida se usan de la misma forma aquí en el desierto.

No hago más que repetirme "ellos saben, sin duda, más que tú".

Ya no sé ni cual es mi destino, simplemente me dejo llevar, esperando que la arena no acabe conmigo.

Maldito paisaje.

lunes, 18 de septiembre de 2017

El amor lo es todo.

Resultado de imagen de escultura del amor alexander milovBien. Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero qué le vamos a hacer.

Hasta hace bien poco, creía que esto era una imagen famosa que había circulado por Internet, nada más. De alguna serie, alguna película... Qué se yo. Estoy bastante desconectada del mundo en general y me suelen ocurrir estas cosas.

Hoy en clase noas la han puesto como "análisis y reflexión". Ha salido más o menos lo mismo en los distintos grupos (idea que yo ya había captado en las múltiples veces que la he visto).

Sin embargo, lo que me ha gustado ha sido la reflexión que nos ha hecho la profesora: el amr es lo único que lo puede, que no entiende de distancias ni de corazas ni de prejuicios. Si realmente quieres (no en el sentido romántico) a otra persona, se hablarán las cosas, no se discutirá, tendrás paz y no se verá esa desesperación en las figuras de fuera.

Es una reflexión que quiero hacer hoy aquí, muy cortita, pero que, una vez más, me resulta muy cierta. El amor, el respeto y la paciencia hacen que el mundo te quiera más, te respete más y acepte más tus pequeñas rarezas.

Compartamos este mundo. Todavía no nos podemos ir a vivir a otro.

martes, 4 de julio de 2017

Homenaje.

¿Se puede honrar a una persona? ¿Es posible decirle todo lo que querías una vez que ya se ha ido y no va a volver jamás?

Por mi parte, creo que sí. Quizás no directamente para esa persona. Quizás a esa persona ya le da igual. O quizás esa persona puede leer ya dentro de nosotros para saber todo lo que pensamos de ella.

En cualquier caso, es al resto del mundo a quien le quiero explicar lo que mi tío era para mi. Aunque jamás nadie llegue a leerlo, aunque esto sólo me sirva a mi, para poner por escrito lo que la voz no me ha dejado sacar.

Fue un mazazo en el corazón. Si tuviera que describirlo de algún modo literario, sería el más clásico de todos: se me partió el corazón. Oí cómo mi madre hablaba por teléfono con mi hermano y sólo logrué oír "Ha muerto...", ni quién, ni de qué, ni cómo.

Por un momento pensé que sería mi abuelo, con mucho dolor de mi corazón pero sin duda algo natrual, quizás no a su hora, pues en el fondo está hecho un chaval, pero es ley de vida, ¿no?

Y no. No había sido él. Había sido uno de mis tíos, de las más grandes personas que ha habido en este mundo (y eso que lo aseguro sin conocer al mundo entero, y soy capaz de asegurarlo). No me lo creí, creí que sería como la última vez, que iríamos a verle al hospital, que estaría tumbado en la cama de la sala, entubado, rodeado de su familia, que entraríamos por turnos en la habitación y le diríamos que no nos deje, que se cuide y que esté siempre con nosotros.

Pero esta vez no. Esta vez no hubo otra oportunidad. Había muerto. ¿Y cómo se afronta eso? Pues con el corazón encogido. Lo primero que puedes hacer es llorar. Un llanto irracional, sin saber del todo si quiera por qué lloras, sin haberlo asimilado del todo, sin saber si lloras por él, por ti o por la gente que le quería que ha quedado atrás.

Doy gracias a la compañía que tuve en ese momento porque me dieron fuerzas para tranquilizarme y que no se preocupasen por mí en exceso, aunque he de decir que el hipo se me quedó.

Y es que qué puedo decir de mi tío Francis... Todo el que lo conocía lo sabrá ya y no hacían más que repetir "¿Por qué él?". Siempre se van los mejores, dicen. Y en esta ocasión, yo lo sentía así, sin desearle la muerte a nadie, ¿por qué tuvo que ser él? ¿por qué no pudo darnos otro susto como la vez anterior?

Todo esto es irracional y me duele en el alma no poder decirle al corazón que haga caso de una vez por todas a la cabeza.

¿Qué hacía mi tío? Sonreír. Era la base de todo lo que yo veía en él. Le encantaba reunirse con la familia, presidía uno de los lados de la mesa en casa de mi abuela y me parece un sitio perfectamente hecho para él. Era la calma, la paciencia, el cariño. Era el amor por los demás. Cualquier detalle bastaba.
Mi hermano, con todo lo que es... él siempre tuvo paciencia, más que nadie, muchas veces. Decía lo que tenía que decir, firme pero sereno, intentando ayudarle siempre.
Acompañó a su mujer durante todo el proceso de cáncer que pasó (aunque mi tía es otra de esas personas que se merece un gran homenaje y es un gran ejemplo a seguir).
Peronalmnente, en lo que me concierne de una forma más directa, él era mucho para mí. Desde el momento en el que nací y quizás de un modo ridículo para muchos, pero de una forma muy importante para mí. Era mi padrino. Y eso no era lo más especial que él era para mi. Sé que siempre me tenía presente, de un modo o de otro. Cuando entraba en casa y me daba los dos besos, a veces me cogía del brazo y me apretaba, me miraba a los ojos y me preguntaba si todo iba bien, con un gesto serio y casi amenazante. No se apiadaba de mi discapacidad, ni fingía que no la tenía, era el equilibrio perfecto. Y lo conseguía sólo con un apretón en el brazo, una mirada y dos palabras, nada más.
Lo que poca gente ha conseguido.
Ese humor, su humor... Las tremendas risas. Recuerdo que no le iban mucho los juegos en general, no solía jugar al bingo ni a juegos de mesa. Pero recuerdo unas Navidades, hace quizás mil años, en la que jugamos a las películas. Cómo me reí ese día... creí que se me saldría el estómago por la boca.
Pero es que era eso para todos, para sus amigos, para su familia... Cualquiera que se topaba en su camino de algún modo le apreciaba. Supongo que tendría sus más y sus menos, todos somos humano. Pero él, simplemente, se dejaba querer.

Sé que ni de lejos me acerco a una sombra de lo que fue, de lo que era. Y podría pegarme líneas y líneas enteras hablando de él sin parar. Y no pararía.

Así, que quizás una tontería para muchos, pero yo necesitaba reflejar esto en algún lado, aunque nadie lo lea jamás, aunque nadie lo sepa jamás. Porque quería y quiero a mi tío, esté donde esté.

Y quizás me apropio injustamente de una de sus frases y no debería pertenecerme a mi y debería ser de otro, pero quiero ser egoísta y me la voy a quedar, aunque más gente como yo la acoja con cariño.

Me despido entonces diciendo "Chh, pero comportáos como si fuerais normales".

Gracoas por todo lo que nos has dejado y ojalá pudieras seguir aquí.

jueves, 4 de mayo de 2017

Un sinvivir.

A veces la música dice exactamente lo que quieres decir, quizás cambiando algún pequeño matiz o cambiando algún nombre, una palabra...
Ultimamente ya sé que igual pongo demasiada música y poco texto, quién sabe. Me parece que ameniza. ¿Y para qué voy a decir algo cuando hay otra persona (o grupo) que lo dice mil veces mejor que yo?

Esta canción va dedicada.

Ahora mismo en mi vida hay un par de cosas (personas) que no funcionan. No porque yo haya querido que dejase de funcionar, o porque haya dejado de quererles. Pero me resulta tremendamente curioso, como por un error (ellos sólo me han dicho un par de la enorme lista que debe haber), se puede ir todo a la mierda.

Y no está mal. A veces pasa. Hay gente que viene y gente que va, que entran, que salen; la vida cambia y hay que adaptarse. No es buena, ni mala; es distinta. Hay que saber adaptarse, aceptar las decisiones y las consecuencias y mirar hacia delante.

Por eso mismo, si algún día llegan esas dos personas a leer esto, quiero que sepan que no les guardo rencor, que cuando quieran, me van a tener ahí, porque yo no me he ido (aunque ya no seamos nunca amigos nunca les voy a menospreciar ni a hacer de menos). Pero que lo superen ya, que dejen de pensar en mi.

Os la dedico, chicos 😉:

martes, 2 de mayo de 2017

¿Competir o cooperar?


Tal cual yo lo veo, se han pasado de la raya; creen que competir es el sinónimo de aplastar. Se esfuerzan por "evitar el problema", en lugar de educar y enseñar verdaderamente: enseñar a los niños que no siempre se gana, que perder no es malo, que sólo sirve para que nos esforcemos más la próxima vez. Enseñar a los ganadores a ganar con dignidad, a ser buenos ganadores, a ayudar a sus compañeros con sus técnicas para que la próxima vez, tengan competidores más justos.

Qué le vamos a hacer, a menudo no estoy de acuerdo con las modas. Aunque esto no sé si será una moda.

Bien, como muchas veces me pasa en clase, cuando no me dejan hablar (porque es un debate muy interesante, pero no tenemos tiempo), se me queda esa espina clavada, no de que me digan que tengo razón (aunque me encanta que me la den, sino más bien de contarlo, sin más, para el que quiera echarle un vistazo (si es que esa persona sí que tiene tiempo).

Resultado de imagen de cooperativo o competitivoEn esta ocasión, me he lanzado a escribir (más bien me lo he apuntado en la agenda para no olvidarme). Y a lo primero va lo que ahora cuento: ahora ya no está de moda competir; ahora para ser guay tienes que colaborar.

¿Qué clase de engaño es este en el que nos estamos metiendo? ¿La sociedad se ha vuetlo idiota? No sabría cómo desarrollar esto de manera que no ofenda a los "cooperativistas". La vida, desde el momento en el que nacemos, es una competición. Existe, es real y necesaria: todos no podemos hacer el mismo trabajo, todos no podemos ser los primeros, ni los útlimos, ni podemos tener la misma pareja... Hay que luchar y hay que hacerlo para ganar.

Como sabréis (y si no, pues aquí informo), estudio Educación Infantil. Desde este grado, me enseñan que la competición es mala, que no se debe enseñar a los niños, sin embargo, me piden ser la mejor en las notas de clase para acceder al lugar de prácticas que deseo (junto con una recomendación del profesorado), me enseñan que los niños no deben hacer lo mismo que nos exigen. Y es que no debemos engañarnos: hay que competir.

No digo que la cooperación sea una patraña, desde luego que no. Aporta infinidad de cosas buenas, como el trabajo en equipo, aumenta la autoestima, a cada uno lo coloca donde "es más efectivo" (sarcasmo las comillas), etc.; ¿y la competición? es el demonio.


Pero no. La sociedad en la que vivimos está viviada y todos tienen los mismos derechos y si todos no se llevan una medalla, minas la moral y haces que se vuelvan a casa tristes. Permitid que diga, me he criado en el puente entre la competición y la cooperación. Prefiero admirar a las pesronas que se han llevado la medalla e intentarlo la vez anterior, a que me den la MAGNÍFICA oportunidad de llevarme un premio de consolación a casa, porque lo importante es participar.

No hay que pisar a los demás, eso está feo; pero creer que la competición no es buena es de idiotas, y conducen al fracaso al niño que no le enseñan a competir con el mundo.

martes, 25 de abril de 2017

La razón por la que he tardado tanto.

¿Cuántas veces habré intentado escribir algo sobre ti? ¿Cuantas veces habré empezado y habré borrado todo? A pesar de que tus indirectas ya se pasaran a altgo más descarado que las directas. Aunque ya haya habido pequeños trazos en historias que van de pasada. Pero ninguna ha sido tuya en exclusividad. Y supongo que podría deberte una disculpa, aunque sea sólo por la importancia que tienes en mi vida y la poca que te he dedicado en este blog.

Pero quizás es que tenga un problema (más de uno, ya sabes). Quizás escribir sólo me sirva para aquello que me da miedo, aquello en lo que dudo y aquello en lo que necesito una respuesta. Que me sirve para soñar lo que nunca conseguiré o para aceptar que algo ha terminado de forma definitiva. Palabras que jamás podría decir en alto, porque no saldrían jamás como espero.

Quizás ese sea el único motivo por el que jamás he llegado a publicar nada, por el cual comenzaba a escribir y tenía que borrarlo todo. Porque mis sueños, por muy ridículos que sean, están ahí ahora, te adelantas a mis pensamientos. Porque tras todo este tiempo, tras todo lo que ha sucedido, sigues estando ahí para obligarme a acostarme en el sofá, presto a prepararme una mancanilla, incluso con mis cabezonerías. Porque jamás va a terminar esto, ¿no?

Porque todo lo que quiero decirte, esta dicho ya en un susurro, o en una mirada, o en un abrazo. Y no hace falta escribirlo para que lo sepas o lo entiendas (eso espero al menos).

Quizás por eso, esto sólo sea una pequeña aclaración de por qué jamás te he dedicado una entrada, por si me estás leyendo.

Porque no tengo palabras para lo que es natural para mi.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Lo verdaderamente difícil.

Lo cierto es que es difícil enamorarse de ella. O más bien no, más bien lo que es difícil es estar enamorado de ella.

Debería explicarme mejor, quizás.

Enamorarse de ella es fácil, bastante fácil en verdad. Basta con mirarla sonreir de oreja a oreja, agachando un poco la cabeza para ocultarse; ver cómo camina despreocupada, mirando al cielo mientras sueña; o cómo su mirada ilumina cualquier alma, con esa ternura que te hace vibrar desde dentro y te hace preguntarte si realmente puede existir tanto cariño encerrado ahí dentro suyo.

Enamorarse de ella, definitivamente, es más fácil de lo que parece. Todo te presta a hacerlo y no hay ni un sólo detalle que eliminarías de la ecuación, aunque el resultado de ello sea una gran catástrofe mundial. Es fácil enamorarse. De esa alegría que utiliza al vivir, o esa frescura al andar.

Eso es lo que te enamora y no se puede evitar. Por mucho que lo intentes, de veras, yo lo sé.

Sin embargo, estar enamorado de ella es más difícil. Cuando en realidad, enamorarse es el paso natural. Porque te acermcas, porque la conoces, porque adviertes que hay algo ahí que quieres sacar y explorar con los cinco sentidos, con los seis si pudieras. Y es entonces cuando descubres que ahí está el problema y lo difícil, lo antinatural. Porque la conoces y ves que esa felicidad es una máscara, una máscara para que nadie le pregunte qué hay detrás de esos ojos tan llenos de ternura.

Y como la quieres, le preguntas qué hay detrás de esa máscara, qué guarda y qué puedes hacer por ella, para que la elimine y se deje ver. Y si le preguntas a ella qué hay detrás, sólo sonríe un poco más, esta vez con un deje de tristeza, como un pequeño brillo que por un segundo desaparece, mirando con es ojos. En ese mpreciso instante, te das cuenta de que jamás deberías haberle preguntado eso, porque ves que la has perdido para siempre, que nada de lo que puedas hacer conseguirá que todo vuelva a ser como antes, que ese brillo no va a volver y que la sonrisa será más dulce, pero también más falsa.

Te enamorarás más de ella aún, incondicionalmente esta vez, pensando que de esta manera, conseguirás ver lo que hay detrás de esa máscara. Y sólo obtendrás una cálida sonrisa, quizás con suerte un beso en la frente.

Amándola, te das cuenta de que la perdiste. Que en realidad jamás fue tuya, porque auenque esté sola, siempre ha sido de otro.

(Fragmento a incluir en una futura novela en preparación)

viernes, 10 de marzo de 2017

Criadora de cuervos.

"Los oigo picotear en mi cabeza". No están dentro, no se acercan; aún no. Pero observan, expectantes, a que el mundo se acerque y finalmente me aplaste.

En la forja de un destino, da igual de quién, o si se lo robas, o si te lo da, porque en el momento en el que es tuyo, tuyo es. Y ya no habrá forma de deshacerlo, porque la gente en realidad, nunca cambia, que no te engañen.

Y qué si yo uso las metáforas para explicar lo que me sucede, aterra y emociona. No será por placer, ni por casualidad. ¿Quén sabe por qué? El enigma de que nadie me interprete del todo y que yo siga siendo lo que quieren ver de mí, antes de que mis cuervos me picoteen los ojos, que ya los oigo asomar por la ventana, levantando las persianas como bien pueden.

En el pecho una angustia, que me oprime, que me atrapa y me roba el aire de los pulmones, o de donde quiera que una persona como yo lo guarde. Y no es por la falta de sueño, aunque lo que provoque sí sea falta de sueño.

Que si no se me entiende, no es porque no quiera, sino porque no me atrevo. Porque los cuervos ya han salido de casa y sobrevuelan mi cabeza, esperando a que caiga perdida por la falta de espíritu, por el miedo a ser vencida, por el temor a ser picoteada. Y por eso mismo me picotearán, porque el miedo es lo que vuelve en la vida para destruirnos y no dejarnos vivir.

Sabiendo que así acabaré, porque de profesión elegí criar cuervos, lo que me queda, en exclusividad, es la compañía de cualquiera de ellos, el que más se afane en acabar conmigo, el que más puntería tendrá a la hora de darme muerte con su pico.

Será ese cuervo el que me mate y le recibiré con una sonrisa; porque al final y al cabo, lo que tanto tememos en la vida, tanto que nos mata, en la muerte no hace más que alegrarnos. Aparecerá y llevaré toda la vida viviendo con el miedo a que aparezca, para darme cuenta de que vivir con miedo no tiene sentido.

Porque hay que saber, de antes de meterte a mi profesión, que si crías cuervos, ellos mismos te sacarán los ojos. Y no podré otra que sonreír al cuervo que por fin, acabe conmigo.

miércoles, 4 de enero de 2017

Estoy preparada para...

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Quizás con los años me vuelvo menos ingenua. No sabría cómo definirlo, sinceramente.

Hoy en FaceBoock he visto que hace un par de años, publiqué una lista de intenciones, los típicos propósitos de año nuevo.
Supongo que eso nunca cambia, ¿no?

La lista era la siguiente:
  • Hacer ejercicio diario (para ponerme en forma para el Rugby y el Jugger).
  • Ser más ordenada (dejar que se le vea el suelo a mi habitación).
  • Terminar un libro (tengo mil empezados, me conformo con uno).
  • Sonreír más y preocuparme menos.
  • Hacer algo arriesgado que no haya hecho antes.
De toda esa lista (del 2015 ya), me temo que sólo he cumplido las 2 últimas: sonrío un poco más (todavía no lo suficiente) y me preocupo un poco menos (dando siempre hasta llegar al límite, aunque tenga que frenar antes); por lo menos el Carpe Diem lo llevo un poco más a "rajatabla".

Lo cierto es que mi vida ha cambiado, no tanto como me gustaría, pero ha cambiado.

No estoy conforme ni descontenta. Sé que tengo que cambiar pero que los milagros no existen.

Por último, me gustaría proponer un mensaje cómico. Mis espectativas no pienso rebajarlas.