miércoles, 4 de marzo de 2015

Guapa.

Puede que sea el mal reflejo de mi nueva explosiva vida. Puede que algún día despierte y me dé cuenta de la realidad que bajo mis pies se esconde.

Pero hoy no es ese día. Y por lo visto, de momento, parece quedar muy, pero que muy lejos. Y me alegro por ello.

Y mi belleza es posible que sea como los bostezos o las sonrisas, que se terminan pegando. Hoy ha sido especialmente alagador para mí. Que al sentirme guapa todo el mundo me vea igual, que deslumbre con mi seguridad, que ya no me importe quién me mire y quien no me mire, que me da igual lo que digan.

Hoy, he ido a comprar por la mañana con mi madre y me ha dicho "A ti hoy se te ha subido el guapo". Significado: estás bastante más guapa que otros días. Lo que pasa con las madres es que el piropo es más un "qué bien te hice" que una apreciación real y objetiva, ¿no?
Más tarde, he ido a mi antiguo colegio y se me ha acercado una niña, preguntando si era una profesora nueva. Le he contestado que no, que yo estudiaba ahí y que no soy nueva. En un gesto ya de medio irse, la niña me ha dicho "¡Ah! Vale. Es que eres muy guapa". No me ha dado tiempo a agradecérselo de lo rápido que ha corrido, pero me ha alegrado el día, porque la sinceridad de los niños es legendaria. Me ha hecho sonreír muchísimo.
Mas tarde, en el mismo lugar, ya casi cuando me iba, una de las profesoras que me llegó a dar clase me ha dado dos besos, me ha mirado y me ha dicho "Te veo muy guapa, guapísima, pero muy guapa". Así que esta es la definitiva en la que me lo he creído, porque a la tercera va la vencida.

Pero lo mejor de todo es que me siento guapa. Así que me voy a dedicar yo a mi misma esta canción. Porque me siento así hoy, y mañana, y pasado...

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