jueves, 3 de septiembre de 2015

¡Venga! ¡Carpe Diem! (de 2008)

Comentario previo de la Señora Ex-Carmen(A)tada:

Siempre he pensado que tengo mala memoria. Cuando transcribo esto, me doy cuenta de que no y de que por muchos años que pasen, me acuerdo de por qué los escribí (más o menos). Será porque los he parido.

Recuerdo que lo hice por un chico. Un chico que me gustaba (no especialmente, pero me llenaba de ternura verle). Recuerdo que yo sé que le gustaba, porque varias personas me lo dijeron; incluso él mismo (¿Fue entonces cuando empezó a gustarme él? Quien sabe).

Cuando lo escribí, en mi cabeza todo sonaba bastante perfecto.

Hoy, el mundo ha cambiado.

Me veo ingenua y estúpida al releer todo esto. ¿Que con sólo atreverse yo iba a aceptar? Hace unos años sí. Era bastante más alocada y superficial en los temas del "amor" (culpemos a las hormonas). Ahora, viéndome en la misma situación, diría que no. ¿Cuántas veces habré pecado yo de lo mismo? Incluso ahora, me trago mis palabras por temor a que me hagan daño. ¿No es lógico pedirles a los demás lo mismo?

¿Y de dónde sale ese aire de prepotencia? Como si yo hubiera conquistado el mundo entero... Si hubiese sido al menos un personaje y lo hubiese desarrollado mejor... Quizás para otra ocasión.

Además, sinceramente, literariamente hablando, ni mucho menos consigue ser una de mis favoritas. Le falta esa fuerza en la escritura. Esa descripción del entorno que he ido adquiriendo y que tanto me gusta ahora. Con sus pequeños fallos en puntos, comas... Una va aprendiendo poco a poco y esta es de hace mucho tiempo.


¡Venga! ¡Carpe Diem!

Sí. Sé que me estas mirando. Soy consciente de que me miras a cada paso que doy. Sé que me miras cada vez que hago algo, cada vez que muevo un dedo...

Me quieres. También sé que me quieres. Pero nunca podré estar contigo. No mientras sólo sigas mirando. Mientras no te acerques a mi.

¿Qué narices te pasa? ¿Estás tonto o qué? ¿Se puede saber por qué sólo te dedicas a mirarme? No sabes lo incómodo que es que te estén mirando todo el rato, sin quitarte el ojo de encima. ¿Por qué no me hablas? Te crees poca cosa ¿verdad? ¿Cuantas veces te han dado un "no" por respuesta para que no te atrevas a acercarte a mi?

No eres poca coas ¿de acuerdo? Vales mucho. Me mereces igual que otro. Está bien, tienes competencia, pero hasta el más torpe de mis pretendientes consigue más con una sola palabra de lo que tú consigues con tus absurdas miradas, que no te llevan a ninguna parte.

¿No te vas a dar cuenta nunca? Sé que me quieres desde hace tiempo. Lo sé porque me lo dijiste ya... Pero chico, mira que tuviste mala suerte. Quizás te hubiese dicho que sí, si en aquel momento no hubiese tenido novio. Después de todo... tampoco estás nada mal.

Pero sólo sigues mirándome ¿Acaso crees que muerdo?

Carpe Diem. Aprovecha los momentos. Piensa en las consecuencias, pregúntame si quiero algo contigo. Si mi respuesta es sí... ¿no te verás enormemente recompensado? Y si la respuesta es no... ¿acaso habrás perdido algo? No se puede perder algo que no se tiene. Bueno, quizás pierdas las esperanzas del todo, pero... ¿acaso no es mejor que estar sufriendo todos los días por conocer mi respuesta?

¿Cuántas veces habrás soñado con besarme? ¡Venga, por favor! Me parece patético que luego les digas a tus amigos que me quieres locamente, desdichado humano por no ser correspondido ¿Esa es la historia de tu vida? ¿Esa va a ser la historia de tu vida?

Luego vienen tus amigos y me dicen que te estoy torturando demasiado, que no debería ser así contigo ¿Así cómo? ¡Venga tío! Ten huevos y acércate, no te puede pasar nada malo.

Estoy escribiendo esto, y sé que me estás mirando, porque cada vez que levanto la cabeza y te miro, te das la vuelta velozmente (muy mal disimulado por tu parte, por cierto). ¿Por qué ese miedo al fracaso? He caído muchas veces al suelo porque he andado; ahora tengo las rodillas peladas, pero estoy donde quiero estar. Tú tienes tus rodillas intactas, pero es normal. No te has arriesgado a moverte del suelo... pero no estás realmente donde quieres estar ¿me equivoco?

¿Hasta cuándo podrá aguantar tu gran corazón? ¿Nunca has oído eso de que las relaciones a distancia no funcionan nunca? Lo nuestro no es ni siquiera relación; lo nuestro sólo es distancia.

Va, venga. Date por aludido ¡Joder, que me gustas! Quizás no funcione... ¿Y qué? ¿Qué es la vida sin fracasos?

Deja de mirarme. Es una orden. O me dices algo de una maldita vez, o no quiero volver a pillarte mirándome de reojo. En serio, inténtalo. Tú no vales menos que yo.

Junta todas tus fuerzas y da un paso hacia delante... ¿Ves? Tampoco ha sido tan difícil, no era tan complicado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu trovada