martes, 28 de julio de 2015

Quiero besarte (de 2008)

Comentario previo de la Señora Ex-Carmen(A)tada:

¿Qué voy a decir de ésto? Era una chiquilla, que todavía no sabía lo que significaba el amor más que por lo que había visto en las películas, oído en las canciones o leído en los libros.

Sin embargo, ya se advierte ese derrotismo que he tenido siempre con los hombres ¿no? Me gusta enamorarme de quien no me presta atención y sin embargo, soy totalmente indiferente con quienes se esfuerzan por querer entrar en mi vida.

Recuerdo que ésta carta iba para un chico en especial que me trajo loca durante un par de años (en mi secundaria). También creo recordar, que intenté dejársela en el pupitre (sin firmar, por supuesto) para ver si él se aventuraba a investigar quién era yo y decidía dar ese pequeño paso que faltaba.

Pero como siempre, me faltó el valor.

Así que en lugar de intentarlo, se lo entregué a mi profesora de "Lenguaje y Literatura" que quedó (al parecer) "maravillada" de que pudiera llegar a escribir eso alguien como yo (al parecer) tan "inexpresiva".

Obviamente, superé esa fase (con ese chico). Pero claramente, mi trastorno obsesivo sigue ahí. Puede que sea un problema o que sólo sea cabezonería aragonesa.

Hoy, igual que entonces, me encuentro en una situación bastante parecida y que a la vez no tiene nada que ver, pero leer ésto, me hace pensar que igual que me pasó a mis tiernos 15 años, también hoy me puede pasar lo mismo y sacar un hermoso relato de todo aquello.

Porque como dice un amigo mío "Mejor haber amado y haber perdido, que jamás haber amado":

Quiero besarte.


Hola.

Bueno, si estás leyendo ésto, claramente es porque no me atrevo a decírtelo a la cara. Me conoces desde hace tanto tiempo... Seguro que no te extraña que no pueda decírtelo, pero ya sabes: la vida es dura y a mí me ha tocado vivirla así.

Sólo quería decirte que cada vez que te veo, siento cómo se me para el corazón; que cada vez que te miro a los ojos, es como si dejase de ser yo; que cada vez que estoy junto a ti, recuerdo todas las cosas que he soñado hacerte, y, que, sin embargo, no me atrevería a realizar ahora que me encuentro a tu lado.

Si tú supieras la cantidad de veces que he forjado planes antes de irme a dormir..., la cantidad de veces en las que he soñado conversaciones que llevábamos a cabo, sólo para besarte (para darte un sólo beso)..., la cantidad de veces que he pensado. Pero siempre he terminado rindiéndome.

Llevamos prácticamente toda la vida juntos, y sin embargo, nunca te has fijado en mi, ni como una chica atractiva y guapa, como la que me gustaría ser, ni como tu mejor amiga. Y por el contrario, yo no puedo más que pensar en ti, en tus sonrisas, en tus bromas, en tus labios, en cómo me besarías con ellos...

Puede que sea sólo una obsesión, pero es que me encantaría saber cómo besas. Quizás sea una tontería. Si eres tan apasionado como me imagino a veces, o serás tierno y cuidadoso, sobreprotegiendo algo que realmente quieres y anhelabas.

Puede que tú seas mi manzana prohibida, esa que deseas morder pero que en cuanto la pruebas... ya no es tan suculenta como te la habías imaginado y acabas siendo expulsado del paraíso. Puede que seas mi manzana prohibida.

Puede que ni siquiera se cumpla ninguno de mis planes para hacer que me beses.

Puede que simplemente, siga siendo alguien sin importancia en tu vida. Prescindible.

Puede...

Pero aún así, no consigo alejarme de ti. Porque, sencillamente, cada vez que te miro, es como si una parte de mi muriese al comprobar (una vez más) que soy demasiado cobarde como para decirte nada; que no soy lo demasiado como para que te fijes en mí; que no soy lo suficiente valiente como para llevar a cabo cualquiera de mis planes forjados con anterioridad para robarte un beso.

Aunque eso sí, yo seguiré obsesionándome. Y aunque suene a loca maníaca, seguirás siendo mi fruto prohibido. Quizás porque nunca me atreveré a probarlo. Quizás porque nunca se me dará la opción de hacerlo.

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