miércoles, 29 de julio de 2015

Psicópolis.

Éste vídeo me lo pusieron hace un par de años en clase. Recuerdo que me gustó bastante y cómo no, lo tuve que poner en mi antiguo blog para compartirlo con todo el mundo.

Como las cosas han cambiado, no obstante, he decidido verlo de nuevo, a ver qué nueva impresión me provoca.




Se muestra "lo decepcionante de la especie humana". El cómo sólo por obedecer patrones de conducta, somos capaces de llegar a límites que igual, individualmente, no estaríamos en disposición de cometer.

Y es que en el fondo, es cierto: somos lo que esperan de nosotros. ¿Cuántas veces no se toma en serio a alguien porque "es el gracioso"? ¿Cuántas veces se condena la travesura de alguien "responsable"? El mundo tiene una opinión sobre nosotros, y cuando nos salimos de esa opinión grupal, estamos, claramente, decepcionando.

Ninguno de los dos extremos me parece correcto. Creo que a menudo la gente se posiciona demasiado en "un bando" u "otro bando": somos o demasiado grupales o demasiado individuales. Contamos demasiado con la opinión de los demás o no nos importa nada lo que piensen.

Pero ¿dónde está el equilibrio? Si he de ser sincera (y este es el lugar), yo me posiciono en el grupo. Soy de las que piensan demasiado en las consecuencias, de las que mira más allá de sus actos, porque además, cuando he hecho lo contrario, cuando he sido individual, siempre se me ha tachado de eso con un "tú no eres así". Jamás se me han perdonado esos errores que he cometido por egoísmo, cuando en realidad, yo sí que puedo ser así.

Y el rumor... Qué daño hacen los rumores.

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