viernes, 10 de enero de 2014

La importancia de ser nombrado y el por qué de "Señora Ex-Carmen(A)tada".

Si hay algo que me resulta importante y de gran mención, es el nombre.

Cuando conocemos a una persona, lo primero que nos interesa de ella es saber cómo llamarla, cómo referirnos a ella. Nos sentimos mal cuando alguien se acuerda de nuestro nombre y nosotros no podemos acordarnos del suyo (por lo menos a mí, me resulta un momento peliagudo).

Creo que el nombre dice mucho de nosotros. No por el significado del nombre en si, sino más bien por si lo llevamos con orgullo, si lo abreviamos, si lo verbalizamos en voz bajita o lo gritamos a los cuatro vientos. Dice mucho de la época en la que hemos podido vivir, de la moda del momento. Dice de nuestros padres, de sus gustos y de sus intenciones.



¿Y qué decir de los motes? Si los nombres propios son algo personal, ya no quiero mencionar los motes que nos ponen nuestros seres queridos (o los no queridos que lo hacen por fastidiar ¬¬). Son nuestros, sólo nuestros. Nos los dan por un motivo y una razón concreta y se convierten en algo único.

En el mundo de Internet, la cosa no ha cambiado. Desde el anonimato que la pantalla del ordenador permite, se han generado múltiples identidades. Una misma persona puede tener tantas como quiera. Los nombres, los motes, apodos, pseudónimos... todo, podemos elegirlo nosotros.

Hay personas que lo tienen muy claro desde el principio. Hay otras, que esperan el nombre perfecto.

Yo soy una de esas que tiene que esperar el nombre perfecto, con significado, con profundidad, que pueda decir mucho de mí y a la vez muy poco.

Sé que la perfección es muy difícil de alcanzar (y más para una pobre chica como yo, que todavía anda dando sus primeros pasos). En un principio me puse "La Trovada del Verso". Me pareció lógico, teniendo en cuenta el nombre del blog y el título del mismo. Además, el significado de la palabra trovada me parecía magnífico y de múltiples significados. Podía ser al mismo tiempo una imitación, un hallazgo y una composición, así como al mismo tiempo, ser una información errónea del mundo. Me parecía fantástico tanto en tan solo una palabra.

No obstante, luego descubrí que no era suficiente. Que Trovada sólo decía lo que yo quería ser y no lo que era. Fue entonces cuando comencé a buscar un segundo "qué".

Y de pronto, allí se me ocurrió: Señorita Escarmentada. Sonaba a que me había caído tantas veces que ya había aprendido la lección. Pero no era cierto, no he aprendido del todo aún. Y de ahí evolucioné a Ex-Carmentada, puesto que aún me quedan muchos tropezones que dar en el mundo.

Luego pensé que Señorita suena a princesa. Y yo ya no soy una princesa. Soy el Rey, el Caballero y el Villano al mismo tiempo. Y no me importa. Señora sin duda suena mucho más completo, más maduro. Y evolucioné. Me "casé" por así decirlo.

Y ya, la última revelación. Fue ayer. A tantas horas de la tarde, mientras escuchaba a uno de mis profesores. Todo el nombre que he buscado, surge bajo el pretexto de tener la perfección, de ser completo. Me dí cuenta de que siempre buscaba lo mismo, de que estaba atada a mis deseos particulares, sin escarmentar en absoluto.

Así es como he terminado siendo Trovada del Verso "Señora Ex-Carmen(A)tada.

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