jueves, 31 de marzo de 2016

-Prométeme una cosa...

...

-Dime.

-Prométeme que nunca cambiará nada entre nosotros cuando estemos a solas.

-¿A qué te refieres?

-¿Sabes? Me he acostumbrado a contestar con evasivas cuando me preguntan qué opino de ti. Me he acostumbrado a no poder cogerte de la mano, ni saludarte con un beso cuando te veo. Podría decir que hasta no me importa y que todo eso lo hace distinto. Más difícil y a la vez más real. Puede que esto, a lo que te aseguro que le he dado ya mil vueltas, sea sólo la excusa que me pongo para decir que en realidad es lo que quiero, aunque todavía no tengo claro que sea así. Pero recuerdo perfectamente lo que me dijiste: tendrías que dar explicaciones a mucha gente. Y yo ya sé que a ti precisamente no te va lo de dar explicaciones. No lo entiendo, pero lo acepto. Lo acepto, siempre y cuando me prometas que nada entre nosotros cambiará cuando estemos a solas.

-¿Por qué dices eso?

-Porque también me he acostumbrado a que hagas el tonto para reclamar mi atención en lugar de pedirme que me acerque. Porque adoro que aguantes todas las chorradas que digo, convirtiéndome en una cría, cuando en realidad la mayor parte del tiempo finjo ser una persona adulta. Me he acostumbrado a nuestras charlas, tumbados en la cama y a que me preguntes dónde están cuando yo no suelto prenda. Creía que todo iba a ser más difícil, ¿sabes? Al principio hasta tenía miedo de que algo así pasara. Y ahora, no querría frenarlo por nada del mundo. Me he acostumbrado a que todo lo que hagas salga bien, a que no tengas ningún punto débil y parezca que vas a estar ahí siempre. A tu seriedad, incluso a que andes todo el rato quejándote de todo. En realidad, esa es una de las cosas que más me gustan. Igual porque eso me hace ver que confías en mí. Es posible que nunca seamos una pareja normal. Creo que seríamos mejor matrimonio que lo que conseguiríamos como novios. Posiblemente nunca demos paseos por el parque cogidos de la mano. Y posiblemente, siempre mirarás a tu alrededor antes de besarme para ver si hay alguien conocido. Sé que nunca seremos una pareja normal. Pero lo acepto, siempre y cuando me prometas que nada cambiará entre tú y yo cuando estemos solos.

-Ya se verá.

Él le besó la frente para dar por concluida la conversación.
Ella lo entendió y sólo pudo sonreír antes de acurrucarse en su pecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu trovada