martes, 16 de agosto de 2016

El mayor error de tu vida (de 2010)

Comentario previo de la señora Ex-Carmen(A)tada.

Diré que ha sido modificada (bastante) para adaptarla a los días que corren.

Una vez más, me sorprende lo que se puede repetir el pasado.

Y me doy cuenta de lo inocente que era entonces, cuando unos sentimientos se olvidaban en dos meses.

El mayor error de tu vida.

Cuando parece que ya no estás.

Cuando parece que ya no duele.

Cuando parece que ya todo ha vuelto a la normalidad y que ya puedo mirar a las estrellas sin llorar, apareces, de nuevo. Porque te busco. Porque intentas recordarme.

Vueles a irrumpir inevitablemente, sin llamar a la puerta, pidiendo disculpas por el ruido. Y lo peor de todo es que lo estaba esperando. Lo peor de todo, es que lo deseaba todos los días, deseaba algo así. Una carta, una palabra... "Te quiero guapa; no te mereces esto".

Pero debo elegir. Y no puedo, mi amor. No puedo elegirte a ti porque no estás tan cerca de mí como él (porque ni siquiera estás), ni puedo elegirle a él, porque simplemente, él no es tú, porque no es al que amo realmente (porque él lo sabe y me aleja).

Pero él me quiere, mi amor. Me quiere a su modo. Se arrepiente y le duele. O eso me esfuerzo en creer, en mi mundo de fantasía (que siempre fue más cómodo que la realidad). Y tu también ¿no, mi amor? Al menos hace algún tiempo lo juraste. Hace lo que parece siglos. Y yo te quiero tanto...

¿Dejo que pase el tiempo y que si, maldito de él, no me hace olvidar que al menos ya no duela? Que respirar no sea ese puñal en el pecho. Pero mi amor, es tan difícil mirar a las estrellas sin recordarte... es tan difícil pasar una noche sin pensar en ti... y me gustaba mirar las estrellas.

¿Estaría mal, mi amor, intentar enamorarme de él? Perderme como me perdí contigo, aunque luego me dé la espalda, aunque luego finja que no me conoce, aunque luego no le importe herirme por miedo a no ser herido primero

¿Estaría mal olvidarte siendo que me quieres o que quizás un día me quisiste? Que tantas promesas se olviden, sin una justificación razonable: sólo orgullo.

¿Para quién es más injusta la vida si yo permanezco dividida en dos, mi amor? ¿Quién de nosotros tres se aprovecharía más? ¿Quién de los tres sufriría más en silencio?

No puedo mantenerme en una ilusión, no puedo permanecer esperando hasta que llegue el día en el que nos encontremos, en el que podamos cumplir nuestro sueño, o el que un día fue el nuestro. No puedo permanecer en una ilusión ¿Pero debo hacerlo, mi amor? ¿Por mi? ¿Por ti? ¿Por él? ¿A quién traicionaría más profundamente si tu y yo nos juramos amor eterno?

No puedo continuar besando unos labios a los que no amo tanto como los tuyos; Pero son la mejor medicina que encontré para contrarrestar mi soledad. Y con mal uso, cualquier medicina se convierte en droga. Lo sabes, ¿no, mi amor? Los momentos de descanso son los que él me abraza.

Estaba convencida de que con esto no hacía daño a nadie. Después de todo, solo tu me querías. Él se encontraba en la misma situación que yo. Y posiblemente siga en esa situación y yo sólo esté teniendo fantasías, delirios. Pero con el amor no se juega, y una vez más, he llegado tarde para darme cuenta. La niña que nunca aprende.

¿Cómo voy a seguir con esta farsa tan bien elaborada? Si todavía hay fuegos encendidos en mi pecho por tu mano, con lo que podría forjar cualquier metal; cuando él sólo es la brisa que lo templa. ¿Dónde queda el trabajo mejor realizado? Como si lo uno sin lo otro fuese un trabajo concluso.

¿Debo seguir con él, mi amor? ¿Qué me dices? Es cierto que le quiero, que me despierta ese palpitar que juré enterrar para siempre. Y quiero que así se quede aunque me duela estar descorazonada. En cierto modo, es el único que me hace olvidarte. Y como buena medicina, se está convirtiendo en mi droga y en mi sustento. ¿Qué pasa si esta vez puede de nuevo el orgullo?

¿No es cruel, mi amor?

¿No es injusto, mi amor?

¿Qué tengo yo, una simple mujer sin terminar de construir para que dos seres tan maravillosos se fijen en mi? Aunque uno ya me haya olvidado, mi amor, y el otro se esfuerce en hacer que no me conoce. Pero no solo os habéis fijado, mi amor, habéis cometido el mayor error de vuestra vida. Os habéis enamorado (o un día así lo juraste) de alguien que jamás podrá ser perfecta. De promesas vacías que ahora quedan guardados al fondo de un cajón de ropa que nunca me pongo. De recuerdos pasados que jamás se recuperarán, porque en su día cerré el candado y eché la llave al mar. De pesadillas que me perseguirán, atormentándome eternamente por el error que repararía.

Y sin embargo, sólo él hace que mi sueño guarde una respiración tranquila. Respiración que tú me robaste.

¡Oh! mi amor, mi amor, cuanto me gustaría abrazarte, besarte, cuanto me gustaría poder tocarte, mi amor, susurrarte al oído todas aquellas promesas, recuperar lo que un día fue nuestra vida. Y sé que no puedo. Lo peor de todo, es que sé que no puedo. Porque ya no estás, porque te empujé lejos y decidiste dar media vuelta.

¿Por qué habréis cometido semejante error? Encender un corazón que nació roto ¿Por qué decidiste caer, mi amor? Si luego tenías pensado abandonarme ¿Qué tengo yo que pueda hacerte tiritar aún cuando hace calor?

Has cometido el mayor error de tu vida, mi amor. Dar vida a algo que no puedes matar. Dejarme moribunda para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu trovada