martes, 29 de septiembre de 2020

Terca como una mula.

 Debía seguir. Ella sola.

¿Por qué? Nadie más lo haría si no era ella.

A veces dolía. Ver cómo todo el mundo la observaba sin echarle una mano. Ver cómo se le caían las cosas al suelo y a nadie parecía importarle.

Y sólo cuando se cansaba y daba un golpe bien fuerte, alguien se giraba y se daba cuenta de lo que estaba sucediendo.

No es que necesitase ayuda, es que el trabajo era de todos, pero no había implicación por parte de nadie.

Total... Ya estaba la terca como una mula.

Debía seguir. Ella sola.

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