Hoy en Desarrollo Cognitivo (asignatura que doy en mi Grado Superior de Educación Infantil), nos han hablado de la memoria, del aprendizaje, etc.
Nos han peusto un símil que más de una vez he oído (porque la verdad, merece ser una gran metáfora en este caso), en el que la memoria, es como una gran biblioteca, donde dentro, hay un bibliotecario (o bibliotecaria) que va abriendo los cajones de los archivadores que necesitamos, sacar las carpetas relacionadas con el tema y, por supuesto, tendrenos sobre la mea la ficha que necesitamos para esoe momento.
Obviamente, nuestro bibliotecario tiene que encargarse a veces de sacar varias fichas, porque se correlacionan unos temas con otros.
Sin embargo, la diferencia entre otras veces y esta, ha sido un comentario (puramente inocente) que la profesora ha hecho. Ha venido a ser algo así como "Mi bibliotecaria (oprque la mía es chica), que por supuesto está loca..." y ha seguido la clase.
Entonces, loca yo de mi, me he parado a pensar ¿cómo sería mi bibliotecario? La pregunta ha durado poco en mi cabeza, y ha procedido con otro símil.
Sí, definitivamente, mi bibliotecario sería un viejo, con bastón y un poco vago a la hora de acceder a las carpetas situadas en lo más alto de las estanterías; cara arrugada y manos callosas, como si trabajar en mi cabeza hubiera sido el trabajo más duro que jamás se hubiera inventado (quizás por el desorden); de aspecto relajado y sin embargo muy atento a todo, aunque después no recordase donde ha dejado la carpeta.
Se quejaría del ruido, pero sin duda, le molestaría más el silencio que se pudiese llegar a formar, porque en realidad, le encanta contar historias de lo que fue y lo que pudo haber sido.
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